Más músicos que espectadores por la paz en Bosnia
Amanecía en el polideportivo de la Dehesa del Navalcarbón y todavía tocaba el último de los 32 grupos que participaron en el maratón humanitario de Las Rozas. Era la mañana del domingo y el final de casi 20 horas de música para recaudar fondos para Bosnia. De las 2.317 entradas vendidas apenas 217 acudieron a la cita, y no todas a la vez. "Ha salido mal, pero hicimos todo lo posible", señaló una organizadora.El festival Mano a mano por Bosnia -broche final de una campaña humanitaria que comenzó en Navidad- empezó a las dos de la tarde del sábado. Entonces nadie intuía que el vacío iba a ser la tónica del recital. Lo que se preparó para ser un acontecimiento multitudinario -2.000 litros de refrescos, 30 barriles de cerveza y 1.000 bocadillos- acabó siendo una fiesta para cuatro gatos -los músicos, sus novias, sus amigos y algún despistado- Los organizadores, todos jóvenes de Las Rozas y Majadahonda, intentaban ocultar su decepción. "Seguro que luego viene más gente", dijo a las diez de la noche el alcalde de Las Rozas, el socialista Jesús Zúñiga, que paseó por las instalaciones comprobando que el suelo del polideportivo estaba protegido. "La organización ha sido un desastre", decía el cantante de La Nevera al bajar del escenario, "incluso hemos discutido con otro grupo para ver quién actuaba antes". El bajista agregó: "No se puede cobrar 1.500 pesetas para ver a tantos grupos desconocidos. A quinientas se llena". Ricardo Alfonso, vocalista de Curso Legal, decía animado: "Una vez en Fuenlabrada cantamos ante dos personas".A las siete de la mañana el olor a cerveza, el frío inhumano y la suciedad convivían en los pasillos del polideportivo. Una decena de personas seguía, inexplicablemente, saltando al ritmo del último grupo. Una pareja hacía el amor en las duchas ante la mirada de soslayo de los visitantes de los camerinos.
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