Corcuera
A pesar de que el próximo congreso del PSOE se presenta bastante acongresado, quedan por desvelar algunas incógnitas. Y una de ellas e qué se va a hacer con Benegas y coi Corcuera, si es cierto que el ex ministro de Gobernación sustituye i Benegas. De momento, don Txiki oficialmente considerado número tres del partido, ya va diciendo que cambia lealtad por pluralidad, e decir, que si le eligen para algo ser leal a la renovación, aunque no tenga cartel de renovador. Embarullado planteamiento, a fe mía, porque por lo captado desde fuera, la única finalidad importante de la renovación es que los guerristas se vayan a exilio (interior, desde luego, per exilio) o bien que se conviertan en conversos, con el mal fin que los cristianos viejos han dado siempre a los cristianos nuevos.Pero si conocer el final infeliz o pactado del caso Benegas tiene interés, el destino de Corcuera es que no deja dormir. De momento ya ha habido un pique entre Leguina y Corcuera, y se ha demostrado la falacia convencional del buen entendimiento entre las letras y la espada, que entre nosotros sólo consiguió, y muy desigualmente, Garcilaso de la Vega, mucho mejor poeta que espadachín. No sólo Leguina recela de Corcuera, sino que otros socialistas hipersensibles temen que Corcuera el Legislador no deje una puerta del partido sana y se muestre tan zafio con ellos como con la prensa y los. intelectuales, desde esa inquebrantable conciencia de clase del ex ministro, conocedor de aquella sentenciosa descalificación de Marx a propósito del intelectual: "Homo versátilis". Se teme que Corcuera se con vierta en otro Guerra, pero sin Mahler, ni Machado, ni Stockhausen, sino a caballo de matadero, con la pica en ristre, puyazo a diestro y siniestro, y con esa cara de picador repetidamente silbado por el respetable que Dios le ha dado.
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