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El Jaguar de Pinto Fontán lleva ya seis meses escondido

El Jaguar que conducía el diputado José María Mohedano lleva seis meses oculto. Y el trabajador cuya indemnización dependía de la subasta del vehículo sigue sin cobrar. Un juez ordenó en mayo el embargo del coche, propiedad de la empresa New Techno, para la que trabajaba ese empleado, de modo que cobrara la cantidad que le correspondía por despido improcedente. New Techno -que fabrica bañeras y sanitarios y está radicada en Illescas (Toledo)- no le pagaba los 2,5 millones de pesetas que acordó liquidarle, y el empleado inició un proceso judicial contra la empresa.La compañía está controlada, a través de testaferros, por José Luis Pinto Fontán- el promotor al que asesoraba el diputado socialista José María Mohedano desde 1974- En los años setenta, Pinto Fontán dejó inacabada la urbanización fantasma de Nuevo Versalles, en Fuenlabrada -demolida desde el pasado junio-, y regó Madrid de deudas.

Tras llegar a un acuerdo con Carlos García Yanes -uno de los hombres de paja que tapan a José Luis Pinto Fontán- para satisfacer su demanda, el empleado solicitó el embargo del vehículo matrícula M-3134-KB, porque no le pagaban los 2.500.000 pesetas.

Desde que el juez dio la orden de búsqueda en mayo (entonces todavía Mohedano aparcaba junto a su despacho el Jaguar, que tuvo registrado a su nombre en el aparcamiento del Congreso) la Guardia Civil de Tráfico no ha logrado encontrar el coche. Ahora el juez ha ordenado el embargo, en su lugar, de una finca y maquinaria de la empresa, que saldrá a subasta el día 9. Con lo obtenido en la puja deberán liquidar casi cuatro millones de pesetas, ya que en estos meses otro ex empleado ha emprendido acciones judiciales contra New Techno para reclamar lo que le adeuda la empresa.

Pero el primero de los empleados ha sido avispado y, por si esa puja no da resultado, envió un escrito al juez en el que le comunica el paradero del vehículo, según han informado a este periódico fuentes judiciales. Sin embargo, la actual residencia del Jaguar verde (su precio en compra de primera mano asciende a 10 millones de pesetas) todavía no ha trascendido. La Guardia Civil buscó en la sede de New Techno, en Illescas, pero allí no encontraron ni rastro de los lujosos guardabarros.

PASA A LA PÁGINA 3

Un ex empleado orienta al juez sobre el paradero del coche que usaba Mohedano

VIENE DE LA PÁGINA 1Mohedano tampoco dio ninguna pista para encontrarlo, y explicó en su día que se lo había devuelto a su dueño, a cuyas empresas representó en diversas gestiones, entre ellas, una entrevista con el alcalde de Valladolid, el socialista Tomás Rodríguez Bolaños.

La empresa New Techno está en situación ilegal, ya que se asentó en terrenos no urbanizables. Aunque el Ayuntamiento de Illescas se mostró partidario de recalificar la finca, la Comisión Provincial de Urbanismo de Toledo denegó la licencia para construir las 18 naves que Pinto Fontán pretendía instalar en las afueras del pueblo junto a la piscina municipal. Sin embargo, el gobierno municipal le concedió permiso para llevar las infraestructuras hasta esos suelos (agua, electricidad y accesos).

Los responsables de la empresa podían haber legalizado la situación de la fábrica en 1990 porque se incluyó la zona en un plan especial de actuación para promoción de la industria, pero no lo hicieron. A pesar de que la Consejería de política Territorial de Castilla-La Mancha impuso multas por valor de 25 millones de pesetas por esas infracciones (recurridas), el Gobierno regional, que preside el socialista José Bono, invirtió 60 millones de pesetas en comprar acciones de la empresa, que rescataría cuando volviese a funcionar (lo que no ocurrió).

El diputado José María Mohedano dejó de usar el Jaguar en junio, cuando fue elegido secretario del Grupo Parlamentario Socialista y se le proporcionó un coche oficial. A raíz del escándalo levantado por el uso del Jaguar del polémico constructor, Mohedano dimitió de ese cargo, pero mes y medio después el PSOE le nombró portavoz de la Comisión Constitucional del Congreso.

La trayectoria de Pinto Fontán, que se apellida Gómez Pinto desde 1987 tras modificar su inscripción registral, ha cambiado en los últimos tiempos. Ni su casa de Somosaguas ni sus empresas ni su teléfono figuran a su nombre, de modo que desde los años setenta ha conseguido eludir todas las reclamaciones. Pero sus testaferros le han acusado últimamente de ser el responsable de los hechos que han llevado a dejar inacabada una urbanización de lujo en Aravaca (Las Terrazas de Aravaca) y un juez le ha citado a declarar como imputado en un supuesto delito de estafa.

Él dice que se limitó a asesorar a sus conocidos en sus operaciones urbanísticas. En el proceso que se instruye actualmente, Pinto Fontán cuenta con los servicios del prestigioso abogado penalista José María Stampa Braun. Pinto continúa sin responder a las llamadas de este diario. En su casa de Somosaguas -cuyo valor catastral supera los 100 millones-, se respondió el pasado viernes: "Ese señor no vive aquí".

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