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Los socialistas madrileños afrontan su próximo congreso regional más divididos que nunca

José Manuel Romero

Los representantes de la familia socialista madrileña tienen su corazón dividido entre un vencedor, Joaquín Leguina, y un vencido, Juan Barranco. El marcador final de la contienda que enfrentó este fin de semana a los dos líderes del PSOE (274-259 a favor de Leguina) permite a los guerristas, que apoyaron a Barranco, mantener algunas esperanzas de triunfo en el próximo congreso regional del partido. Los derrotados recibieron con mala cara la noticia, pero no se rinden. El sector guerrista espera vencer a sus contrincantes en el próximo duelo por el control del partido en Madrid.

La oferta renovadora de Leguina, con el apoyo de la corriente Izquierda Socialista, consiguió sólo 15 votos más que la candidatura encabezada por Barranco, donde coincidían los militantes sin cargos de la renovación por la base y el compacto bloque guerrista.El 1,4% de los 534 delegados que votaron ayer en el congreso de la Federación Socialista Madrileña (FSM) dio la victoria a Leguina por un margen escaso, pero suficiente. La apuesta renovadora llegará con 39 delegados al 330 Congreso Federal del PSOE, mientras los guerristas, dirigidos por Barranco, acudirán a la cita con 13 representantes.

Y ahora, ¿qué? La pregunta recibió una respuesta diplomática de los dos bandos enfrentados. "La integración es mucho más fácil ahora. Pero con lealtad en torno a un proyecto político", contestó Leguina. Su oponente, Juan Barranco, coincidió en la idea: "Integración, pero sin exclusiones". Fuentes de ambos sectores interpretaron los resultados de una manera distinta: "Ahora toca el congreso regional, y ahí resucitará la confrontación".

Juan Barranco, que por primera vez ha competido contra una lista encabezada por su amigo Joaquín Leguina, sigue en la lucha. "Lo único descartado es que me vaya a parar aquí y me dé por vencido. Los resultados de la votación son un gran estímulo, y lo peor que podría hacer es quedarme quieto", señaló ayer, en su turno de reflexiones después de la batalla. Barranco opina que, tras la derrota, "no se va a entregar nadie con el carné en la boca".

José Acosta, principal representante del guerrismo, ofreció un "pacto por Madrid" para afrontar con garantías de éxito las próximas elecciones locales. Pero advirtió que, para esa "integración de todos en un proyecto común", los guerristas cuentan con Juan Barranco "como elemento importante y esencial del acuerdo". "Queremos trabajar con él y junto a él", recalcó. Acosta también hizo una lectura positiva del duelo: "¿Quién nos iba a decir hace seis meses que íbamos a conseguir el 48,8% de los votos?".

El futuro de Barranco

En las filas renovadoras, los comentarios se centraron en el futuro político de Barranco. "Acudiendo con los guerristas, Barranco se ha enterrado. Esta votación le afecta muy negativamente", indicaron algunos cargos públicos.

Sobre este aspecto, un colaborador de Leguina señaló que el ex alcalde de Madrid había tirado "por la borda" su carrera política. "Le ofrecimos que fuera como número dos en la lista renovadora. Le explicamos que esa posición le podía asegurar la secretaría general del partido y su candidatura a la presidencia de la Comunidad. Pero prefirió a los guerristas".

Barranco confirma aquella oferta, pero justifica su negativa en el deseo de integrar a los dos bandos enfrentados en la Federación Socialista Madrileña.

Joaquín Leguina, sin embargo, no quiso aventurar nada respecto a las consecuencias de los resultados para su oponente: "Que lo diga él".

El presidente de la Comunidad de Madrid anunció grandes cambios en la ejecutiva regional que salga del próximo congreso regional socialista, en mayo. Esta cita, según Leguina, debe resolver qué personas encabezarán las listas electorales a la presidencia regional y a la alcaldía de Madrid.

Uno.de los candidatos que aparece en todos los pronósticos para intentar recuperar el gobierno de la capital es el ex ministro José Barrionuevo. Acudió en el octavo puesto de la lista renovadora y comentó, tras el congreso, las consecuencias que tendrá el triunfo de la lista encabezada por Leguina. "Se ha puesto de manifiesto que operaciones de artificio político no tienen ganancias. Estos resultados han sido concluyentes y tendrán consecuencias en la elaboración de las listas", declaró a Efe.

Teófilo Serrano, secretario general de la FSM, no se presentará a la reelección. Serrano anunció ayer que su presencia en el próximo congreso federal del PSOE será uno de sus últimos trabajos en la federación.

Un recuento no apto para cardiacos

El patio de luces de la Casa de la Cultura de Alcobendas, donde se celebró el congreso de los socialistas madrileños, parecía ayer la Bolsa de Tokio. Todos buscaban datos frescos sobre el recuento de papeletas. Los primeros avances de resultados circulaban de corrillo en corrillo. "Barranco gana por diez", anunciaban algunos delegados que habían subido a la primera planta en busca de noticias. Cinco minutos más tarde bajaban otros. "Con 350 papeletas, Barranco gana por 17". Manuel de la Rocha, representante de Izquierda Soc¡alista (IS), estalló en ese momento: "Los que estén en el recuento deben tener un corazón a prueba de bombas". No le faltaba razón. Manuel García Hierro, delegado renovador, llevaba cuatro meses sin fumar. Hasta que ayer se abrieron las urnas. "No he podido evitarlo", indicaba tras escapar de aquel martirio. Al llegar a las 400 papeletas, los corrillos empezaron a revolverse. La candidatura de Leguina se recuperaba. "En el culo de la urna", explicaba gráficamente Julián Revenga, "estuvo la clave". Los votos madrugadores estaban en el fondo de la urna y fueron los que inclinaron la balanza a favor de los renovadores. Esos votos, decisivos para dirimir la pugna, pertenecían a los delegados de los pueblos más pequeños.Los renovadores por la base, militantes sin cargo que se aliaron con los guerristas y con Barranco, incluían en su cartera de votos hasta 50 delegados de los municipios, que garantiza el ex director de la Agencia de Medio Ambiente, Luis Maestre. Los guerristas se las prometían muy felices cuando sumaban esos votos a los suyos. Pero al final no aparecieron. No existían.

El recuento tuvo dos animadores. Los guerristas, desde el patio de luces, dirigían su mirada a un pequeño balcón donde la mímica del concejal guerrista Cástor Iglesias era clarificadora. La última presencia de Iglesias en el mirador fue definitiva. Balanceó la cabeza de derecha a izquierda y miró al suelo. "Hemos perdido". Un minuto después, el renovador Pablo Corbalán, de IS, dirigía su pulgar al cielo. Leguina apareció entonces para abrazarse a los suyos.

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