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LA HUELGA DEL 27-E

La policía detiene a 149 miembros de piquetes por actos violentos

Pese a los temores del Gobierno y los empresarios, la jornada de huelga terminó sin grandes incidentes en las calles, aunque 149 integrantes de piquetes informativos o manifestantes fueron detenidos, 54 de ellos en Madrid, hasta el final de la tarde por romper escaparates, agredir a personas o incidentes tras las manifestaciones del fin de la jornada. Hasta entonces se habían contabilizado medio centenar de heridos en los choques entre policías y piquetes. El hecho más grave fue la muerte de Lucinio Gómez Burgoa, de 42 años, miembro de un piquete informativo, quien fue atropellado en Burgos por un conductor que se encontraba borracho, según confirmó el Gobierno Civil. Interior sometió a estrecho marcaje a los piquetes desde el inicio de la madrugada.

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La muerte de Gómez Burgoa, delegado de UGT en Galerías Preciados, fue el peor incidente de la jornada. El sindicalista falleció a primera hora de la tarde en el Hospital General Yagüe, de Burgos, adonde había sido trasladado con edema cerebral tras ser arrollado por un turismo en el puente de Castilla, de la capital burgalesa. En el centro fue operado para frenar una fuerte hemorragia, pero entró en coma profundo y falleció. El secretario de UGT en Burgos, Julián Juez, afirmó que la patronal y el Gobierno habían alentado el clima de crispación entre los ciudadanos para que se pusieran en contra de los piquetes. El conductor del vehículo fue detenido.Uno de los detenidos por causar incidentes en Vigo mientras formaba parte de un piquete es el presunto miembro de los GRAPO Fernando Fernández González, con antecedentes penales por pertenencia a banda armada. Junto a él fueron arrestados, según la policía, varios delincuentes comunes y un presunto narco.

Madrid y las capitales vascas fueron el escenario de los principales incidentes, por la acción de grupos violentos armados de cócteles mólotov y tirachinas para lanzar bolas de acero. Muchos agentes fueron repartidos por todo Madrid a las 2 de la madrugada. Según un sindicato policial, algunos de ellos fueron olvidados por sus mandos en el lugar que tenían que custodiar, por lo que tuvieron que usar sus propios medios para regresar a sus acuartelamientos.

El miedo del Gobierno llevó también a la movilización de numerosos cerrajeros para que actuasen si los piquetes incontrolados sellaban con silicona o alambre las cerraduras de comercios y fábricas. Los cerrajeros estuvieron alertados desde las cinco de la madrugada, pero la inmensa mayoría volvió a casa sin tener que ejercer su oficio.

El ojo del Cóndor -indicativo de los helicópteros policiales- sobrevoló permanentemente Madrid y a través de sus cámaras ofreció imágenes a los, responsables del despliegue policial para mover a los antidisturbios por la ciudad.

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Unos sindicalistas denunciaron en la comisaría de Vallecas (Madrid) que agentes que se hacían pasar por periodistas habían actuado "represivamente" en los piquetes. El Corte Inglés midió de nuevo la temperatura de la protesta en las grandes capitales. En el resto de España, se registraron momentos de tensión, pero los incidentes fueron en general poco relevantes.

En Pamplona, militantes de los sindicatos mayoritarios se enfrentaron con dureza a provocadores de Jarrai, las juventud es de KAS, tras la manifestación pacífica convocada por las centrales sindicales navarras. También concluyó con algunos incidentes la multitudinaria manifestación que cerró en Barcelona la jornada de paro. En este caso, las policías nacional y autonómica arrestaron a un total de 31 personas por agredir a agentes y causar destrozos.

En Oviedo, efectivos antidisturbios entraron por la mañana en las sedes de UGT y CC OO y cargaron contra miembros de piquetes, según Efe.

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