REGUSTO DE LA NAVIDAD.
El sabor a turrón hace tiempo que está olvidado y las figuritas del belén ya están acumulando polvo en el fondo, de algún armario. Entretanto, empiezan a aparecer los verdaderos esqueletos de la Navidad. El abeto de la fotografía acabó sus días en un charco congelado cerca de la plaza de Castilla. Tenía cepellón, pero su cuidador pensó que el pobre vegetal era de usar y tirar.
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