Infracción: desinterés deportivo

El pasado día 4 de enero, como cada día que me desplazo a trabajar en coche -los menos-, busqué una plaza de aparcamiento en las inmediaciones del estadio de fútbol Santiago Bernabéu. Lo encontré finalmente, como en otras ocasiones, en la calle de Concha Espina, frente a una de las puertas del estadio, a las siete y media de la mañana.. Como tantas otras veces, estacioné entre dos señales de "prohibido aparcar en días de espectáculo".Al intentar volver a montarme en mi automóvil, a eso de las 17.30, al enterarme de que a las 21.00 iba a haber partido, compruebo que ha sido retirado por la grúa municipal. Al intentar indagar con los policías municipales extraordinariaente amables en términos generales- el procedimiento para poder recuperar mi automóvil, mi indignación casi me hace perder el sentido: pagando 19.000 pesetas en números redondos. Para mi sorpresa, me cuenta que si hubiese aparcado en la calle del Padre Damián en vez de en Concha Espina podría haberlo retirado gratis, ya que ése es el procedimiento cuando las vallas de prohibido aparcar son móviles.No puedo por menos que, tras dar por perdidas mis 19.135 pesetas, hacerme las siguientes preguntas, quedando a la espera de que alguien del Ayuntamiento me responda: ¿cómo se puede castigar de ese modo mi desinterés por el fútbol? ¿Hasta dónde llega mi obligación de conocer el calendario deportivo? Si no se es seguidor habitual de estos acontecimientos, ¿cómo imaginar que un martes cualquiera va a haber partido de fútbol? ¿Es normal y justa la tarifa citada para castigar una infracción condicionada a si va a haber o no espectáculo? ¿No sería suficiente castigo, dada la infracción, retirar el coche sin costes?

¿Por qué es tan dificil circular en Madrid, tanto para peatones como para automóviles, a causa de las dobles filas y de los coches estacionados en pasos de cebra sin que nadie los retire? ¿Actúa la grúa cuando debe hacerlo realmente? Creo que no.

¿Cómo es posible que la misma infracción a 50 metros de distancia no sea penada económicamente, existiendo también señales de aviso (más llamativas, por cierto)?

Por último, ¿quién me devuelve mis 19.000 pesetas? Preferiría que me las hubiesen robado en plena calle antes que sentirme pisoteado y robado como me siento por la arbitrariedad y la incompetencia municipal.

Aunque sé positivamente que nunca obtendré respuesta de nadie del brillante equipo municipal del Ayuntamiento de Madrid, me despido atentamente.- Juan Carlos Alcaide Casado.