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Díaz Alvarez jubiló al responsable de finanzas de Seat por su informe de pérdidas

ENVIADOESPECIAL, Eberhard Müller, vicepresidente ejecutivo de finanzas de Seat, fue apartado primero y jubilado el 23 de junio de 1993 por sus informaciones sobre la mala evolución de la compañía. Müller es el autor del papel que desapareció el 22 de junio de 1993 y que cifraba las pérdidas en una cantidad superior al capital de la empresa: 80.000 millones de pesetas.

El presidente de Volkswagen, Ferdinando Piéch, declaró (véase EL PAÍS de ayer) que ese informe es una pieza clave en la investigación de los auditores internos y1o será para el auditor,externo independiente que será contratado en los próximos días para profundizar los trabajos.

En algún momento de 1992, Müller había enviado, según fuentes de Volkswagen, un informe a Wolfsburg. La fuente no quiso precisar quien recibió dicho papel, pero según información recogida por este periódico, dicho informe fue a parar a las manos del entonces responsable de finanzas de VW, Dieter Ullsperger. Éste, a su vez, puso inmediatamente al corriente a Díaz Álvarez. No era extraño. La fuente consultada explicó que Díaz Álvarez y Ullsperger habían desarrollado una buena amistad.

Müller fue convocado por Díaz Álvarez a su despacho y, según fuentes de VW que hablaron posteriormente con Müller, recibió el siguiente mensaje: si volvía a salir un papel de Seat hacia Wolfsburg sin su conocimiento y autorización previa sería despedido. Müller se cuadró, pensó en el futuro retiro, a largo plazo, en Creta y nunca más volvió a informar directamente a Wolfsburg.

Relevo de Müller

En los primeros meses de 1993, Díaz Álvarez comenzó a preparar el relevo de Müller. "Primero se le apartó", dijo otra fuente de VW. Sin embargo, Müller elaboró un informe, cuando aún se mantenía en el cargo de vicepresidente ejecutivo de finanzas. Ese informe debía engrosar la documentación que habitualmente la comisión ejecutiva entrega al consejo de vigilancia de Seat en su reunión trimestral, citada para el 23 de junio, a las once de la mañana, en el Círculo Ecuestre de Barcelona. Un día antes, el 22 de junio, como era normal, el comité ejecutivo se reunió para preparar el encuentro del día siguiente.

Este periódico no ha podido confirmar quienes asistieron a dicho cónclave y si todos los miembros del comité tomaron parte del mismo o faltaron algunos de ellos. El comité ejecutivo estaba formado entonces por el presidente, Díaz Álvarez; el vicepresidente, P. Waltzer; y los vicepresidentes ejecutivos de finanzas, E. Müller; de Comercial, J. M. García Moreno; de Producción, R. Ibarreche y de Recursos Humanos, Rafael Álvarez.

La investigación de los miembros del grupo interno de auditoría de Volkswagen ha confirmado (véase EL PAÍS del sábado y domingo últimos) que el informe elaborado por Müller desapareció entre el 22 y el 23 de junio. Otro de los indicios recogidos es que al menos tres miembros de dicho comité tuvieron acceso al informe de Müller. Todos estos detalles serán desmenuzados por la firma auditora externa que se hará cargo de los trabajos, según el acuerdo adoptado por el vorstand de Volkswagen en su reunión de la semana pasada.

Ese informe fue el prólogo a la definitiva jubilación forzosa de Müller. En su informe del 23 do, junio al consejo de vigilancia de Seat, era el mismo Piëch, después de la información que le había proporcionado personalmente Díaz Álvarez, quien señaló al consejo que "es la última vez que el doctor Müller va a exponer al consejo las cifras financieras de la compañía por cesar por jubilación a finales del corriente mes".

Fuentes de Volkswagen reconocen que el equipo de Díaz Álvarez pasó a Wolfsburg información para "desacreditar" y precipitar la salida definitiva de Müller. Esta huida hacia adelante sólo le permitió a Juan Antonio Díaz Álvarez ganar tiempo, presentando el pasado 23 de junio un "resultado operativo con pérdidas de 199 millones de marcos, con fuertes riesgos todavía". (Esta cifra, equivalente a 16.000 millones de pesetas de entonces es algo superior a la de 150 millones de marcos, unos 12.000 millones de pesetas, manejada durante estos días).

Fue el sucesor de Müller, el nuevo vicepresidente ejecutivo de finanzas, Roland Schober, quien detectó en julio parcialmente la nueva situación e informó al responsable de finanzas de VW, Werner Schmidt, quien, a su vez, informó a Piëch el 15 de agosto de 1993.

Cuando, el pasado mes de octubre, los auditores hallaron el informe de Eberhard Müller, el presidente de Volkswagen, Ferdinand Piëch, le llamó por teléfono a Barcelona. Le estaba agradecido.

La añoranza de Creta

Quizá Eberhard Müller, dicen con un punto de ironía, hablaba demasiado de su pasión por Grecia y, en particular, por la isla de Creta, donde no ocultaba su deseo de retirarse cuando llegase el momento. No obstante, Müller sigue viviendo en Barcelona y pasa temporadas en Grecia. Pero todas las informaciones recogidas coinciden al menos en un punto: en los primeros meses de 1993 el que era vicepresidente ejecutivo de Finanzas y miembro de la comisión ejecutiva de Seat aún no había dado por finalizada su carrera profesional.Los problemas no eran nuevos entre Müller y Juan Antonio Díaz Álvarez, el presidente de la comisión ejecutiva de Seat, y miembro, también, del célebre y conspicuo vorstand de Volkswagen, palabra alemana que equivale a comisión ejecutiva y que infunde una mezcla de admiración y temor, algo así como hablar de un estado mayor.

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