"Todo el mundo se aprovecha de Madrid"

Mi hermano del alma, la película galardonada anoche con el premio Goya en calidad de ópera prima, y su director, Mariano Barroso, se han hecho tantas confidencias y dedicado tanto tiempo la una al otro, que hasta se asemejan. Igual que, tarde o temprano, todo perro se parece a su amo. Ambos son cómplices del buen resultado, ahora reconocido por el premio del Ministerio de Cultura, de esta road movie [la carretera como escenario], donde los más viajeros son los sentimientos. Y ambos carecían hasta ayer de laureles, a excepción de las dos copas de algún metal barato que Barroso consiguió con siete años jugando al ajedrez y devorando millas con un minicar. Mariano Barroso, de 34 años, nació en Barcelona y vive a medias entre Toronto y Madrid. Ha trabajado junto a los grandes del teatro, ayudando en la dirección a Layton, Narros, Plaza y Pasqual. Admira a los maestros del celuloide. David Mamet, los hermanos Cohen, Jim Jarmush o Gus van Sant, porque el cine, para él, es una nueva especie sin apenas pasado, y el teatro su memoria, su eslabón.Pregunta. Le preguntarán mucho por las influencias y por cuánto hay de autobiografía.

Respuesta. Lo primero me preocupa, porque se hacen muchas películas sobre películas, y yo las quiero hacer sobre la vida. Respecto a lo segundo, lo que hay son muchos sentimientos autobiográficos. El hermano del alma está hecho con trocitos de hermanos, de amigos.

P. ¿Qué ha cambiado ahora, al recibir el premio Goya?

R. La posibilidad de recibir el premio me ha tenido totalmente perturbado los últimos días, sobre todo porque ignoro qué significa exactamente. Aunque he observado que los premios perjudican antes que benefician, ahora no puedo sentir con esta distancia. Me alegro infinito, por la película. Pero me da mucho miedo.

P. ¿Por qué?

R. Porque estoy más acostumbrado al no. A que no me seleccionen para un festival, no me concedan una beca, no hayan. premiado a ninguno de mis nueve cortos anteriores. Supongo que para mí lo normal es trabajar mucho y que me premien poco. Este es el primer sí, aunque, insisto, no sé aún lo que va a significar

P. ¿Constituye un premio una crítica excelente?

R. Una buena crítica apenas ayuda, al lado de lo que perjudica una mala. Pero sé que tengo muchos apoyos para esta película.

P. Sin la producción de Fernando Colomo, ¿habría conseguido un reparto con tantas figuras?: Lydia Bosch, Juanjo Puigcorbé, Carlos Hipólito y Juan Echanove.

R. Colomo es una especie a extinguir, abre puertas cuando los demás las cierran. No es ésta su primera apuesta por gente nueva Además de amigo, es una de las personas mas generosas que conozco, y en el mundo del cine es un hombre importante y solvente. Actores, productores o distribuidores responden con más facilidad a la llamada de Colomo que a la mía.

P. Carlos Hipólito y Juanjo Puigcorbé, los protagonistas, buenos actores, están excelentes. ¿De quién es el mérito?

R. De todos y de la historia. Los personajes motivan porque están bien explicados el cómo y el. porqué de cada uno.

P. Decía que rodó en Barcelona porque es de allí. Pasa largas temporadas en Canadá. ¿Cuál es su relación con Madrid?

R. Me gusta la ciudad, aun que no me identifico con su Ayuntamiento. En cierta ocasión impulsamos la creación de una plataforma para reivindicar Madrid que no resultó, porque los madrileños están perdiendo el amor por su ciudad. Todo el mundo se aprovecha de Madrid, la quieren como punto de partida, como principio de viaje.

P. Y, cuando está en Toronto, ¿qué añora de Madrid, y viceversa?

R. Toronto es una ciudad limpia y organizada, con una vida subterránea muy interesante, pero tanta perfección resulta un poco aburrida. De Madrid añoro el clasicismo de los edificios, la diversidad de razas y cierto barullo.