La cuñada de Menem, su novio Chacho y el reportaje con Al Kassar, en una revista rosa argentina

Amira Yoma no podía venir y mandó a su novio Jorge Chacho Marchetti. Amira, cuñada del presidente argentino Carlos Menem, y su ex jefa de audiencias en la Casa Rosada, se encuentra procesada en España y no puede abandonar Argentina por culpa de una orden internacional de busca y captura, debido a su presunta implicación en el transporte de maletas llenas de narcodólares. En un reportaje de 12 páginas que publica esta semana la revista argentina Caras, Marchetti entrevista al traficante de armas procelado en España Munzer Al Kassar y éste asegura: "Yo no estuve detenido, estuve secuestrado". Más que la orgía de ostentoso mal gusto que rezuman las 19 fotografías con que la revista ilustra el reportaje, llama la atención el nombre del periodista desplazado a Marbella para realizar la. entrevista.Al Kasar, de 48 años, a quien se le ha concedido permiso para visitar en Siria a su hermano enfermo, declara que se arrepiente de ser rico y que su "detención es un impuesto que tuve que pagar por ser rico", se debió a un chantaje por dinero y anuncia que esto lo probará en su día.

Un antecesor de Marchetti en los favores de Amira fue nada menos que el misterioso sirio Ibrahim Al Ibrabim, con quien la cuñada de Menem estuvo casada y después la acompañó en el procesamiento por lo del presunto lavado de narcodólares. Ibrahim, un sino que apenas balbuceba el español, fue designado funcionario de la aduana del aeropuerto internacional de, Ezeiza en Buenos Aires y ahora se encuentra prófugo tras desaparecer de Argentina. Este entramado da un picante especial a la entrevista de Marchetti con Al Kasar, nacido en Yabrud (Siria), el mismo pueblo de donde procede el clan de los Menem. Reconoce Al Kassar en Caras, una versión argentina de Hola, que conoció en Siria a Munir Menem, hermano del presidente, cuando era embajador de Argentina en Damasco. Sin embargo, Al Kassar se niega a responder si conoce al presidente Menem: "No voy, a responder a esa pregunta, pertenece a mi privacidad".

Sobre sus meses de cárcel Al Kassar dice que fueron muy malos: "Yo no estuve detenido, estuve secuestrado". Al hablar de sus condiciones de encarcelamiento en España, denuncia que nunca vio a otro preso y lo mantuvieron desnudo en diversas celdas y "durante los primeros meses no pude ver a mi familia. Cada vez que me trasladaban, mis abogados tardaban días en enterarse y cuando mi familia solicitaba verme me cambiaban inmediatamente de establecimiento". En la entrevista se defiende Al Kassar de la acusación de que en Yabrud, su pueblo, él y sus hermanos se hayan iniciado en el narcotráfico, y asegura que allí "no hay un solo habitante que consuma drogas, porque iría detenido inmediatamente".

También aprovecha Al Kassar la oportunidad de la entrevista para refutar la acusación de haber robado joyas. Al Kassar saca ante Marchetti un maletín lleno de joyas y le pide que publique las fotos. Desafía Al Kassar a que si alguien las reclama puede pasar por Marbella a buscarlas. Para que no decaiga la cosa, se añade una foto de una gargantilla de la esposa de Al Kassar con 700 brillantes y 14 rubíes, comprada en Viena por unos módicos 140 millones de pesetas-