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Segni negocia con la Liga Norte tras rechazar el ultimátum de Berlusconi

"Cada uno puede decidir lo que quiera", manifestó ayer el ex democristiano Mario Segni, refiriéndose al ultimátum que le lanzó, el miércoles, el empresario Silvio Berlusconi para que aclare si está dispuesto a colaborar con la Liga Norte en las próximas elecciones. De lo contrario, Berlusconi se presentará candidato y la Liga no apoyará la candidatura de Segni a primer ministro. Pero al tiempo que expresaba su rechazo, Segni anunció que seguirá intentando la negociación con el líder de la Liga, Umberto Bossi.Segni y Bossi se reunirán el próximo lunes, el mismo día en que vence el ultimátum de Berlusconi. El presidente del grupo parlamentario de la Liga, Stefano Maroni, que lleva los contactos con Segni, afirmó ayer que ese encuentro será la última oportunidad de Segni para decir "si está con la Liga o con Martinazzoli".

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La hora del líder dubitativo

De los resultados de tal encuentro depende la organización de la derecha italiana con vistas a las próximas elecciones de marzo, aunque en el incipiente tejido de ésta haya suficientes discordancias y cabos sueltos como para que su trama final pueda variar todavía tanto si Segni dice sí como si dice no a Bossi.

Berlusconi difiere de Maroni porque considera que no basta la adhesión de Segni para disuadirle de bajar personalmente con sus clubes Forza Italia al terreno político.

Según los sondeos del presidente de Fininvest, la derecha moderada sólo logrará el 40% de los votos estimados necesarios para vencer a la izquierda si incluye en sus filas al nuevo Partido Popular Italiano (PPI) del ex democristiano Nino Martinazzoli. En consecuencia, Berlusconi exige su adhesión junto a la de Segni.

Sin embargo, la Liga considera cerrado el diálogo con Martinazzoli y el líder popular coincide en dicha valoración, aunque su neonato partido ya se muestre dividido al respecto.Según la izquierdista Rosy Bindi, el PPI "está rigurosamente cerrado a la Liga y a Berlusconi". Pero el derechista Roberto Formigomi, del movimiento Comunión y Liberación, consideraba ayer que la alianza del PPI y la Liga es todavía posible.En esta complicada coyuntura, el dubitativo Mario Segni convocó ayer un rueda de prensa para decir que aún no tiene el problema resuelto. Dijo que entre él y Martinazzoli existe ya un acuerdo y añadió: "No podemos romper lo que ya se ha construido. El Partido Popular se ha adherido a mi iniciativa, y ahora se trata de agregar a otros".En su rueda de prensa de ayer, Segni sugirió que sus problemas con la Liga son de dos tipos: programáticos, ya que él no comparte el federa lismo exacerbado de Bossi; y electorales, pues la Liga pretende reservarse prácticamente todas las candidaturas en el norte de Italia.

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