La necesidad de provisiones de Banesto se ha multiplicado por tres en el último ejercicio
La calidad del riesgo de Banesto, ya de por sí endeble a principios de 1993, se deterioró de forma sustancial a lo largo del pasado año por la profundidad de la crisis económica, la estrategia bancaria diseñada, el fuerte incremento de algunos riesgos con sociedades no pertenecientes al grupo y las dificultades por las que atravesó Banesto con su grupo industrial al reducirse la financiación proporcio nada por otros bancos. Las provisiones necesarias para hacer frente al deterioro de la cartera de créditos se multiplicaron por tres por el aumento de la morosidad y por las exigencias de mayor cobertura.
A lo largo de 1993, el deterioro de la calidad del riesgo de Banesto ha sido espectacular, según el acta de la inspección del Banco de España, al tiempo que afloraba una molesta realidad de años anteriores. La profundidad de la inspección, analizando nuevos paquetes de créditos no estudiados un año antes, y el agravamiento de la situación de buena parte de los créditos ya estudiados en 1992, hacen que se pase de un volumen de créditos dudosos de 120.000 millones a una cifra cercana a los 340.000 millones. Y ello lleva consigo multiplicar casi por tres las necesidad el de provisiones para hacer frente a estos créditos dudosos.Las provisiones necesarias han aumentado en 1993 no sólo porque hay nuevos créditos clasificados como dudosos, sino también porque los antiguos han seguido siéndolo y ello obliga a aumentar la cobertura de esos préstamos en función del tiempo transcurrido desde que empezaron a no pagar intereses o no amortizar el principal.
Si la situación se mantuviera como hasta ahora, Banesto debería en 1994 seguir destinando importantes recursos a una mayor cobertura de los créditos morosos. La compra de activos por parte del Fondo de Garantía de Depósitos en Entidades Bancarias reducirá estas exigencias futuras al desaparecer los créditos morosos del balance de Banesto.
La inspección del Banco de España dedica una parte específica de su informe a explicar que no ha logrado desentrañar el origen y las condiciones de unas operaciones de participación en el capital y de préstamos con Oasis International Group, riesgo que aumentó de forma acelerada en 1993.
Desconocimiento
Iniciadas las relaciones entre Banesto y Oasis en 1992, existía un riesgo de cerca de 20.000 millones de pesetas. La ausencia de documentación que explicara suficientemente dicha operación y las trabas puestas por Banesto para hacerlo permitieron "exigir, conforme establece la normativa bancaria, una cobertura entonces del 10% del total", señalan en la inspección. Un año después el riesgo se ha multiplicado por cuatro, superando los 82.000 millones de pesetas, y se mantiene el desconocimiento sobre lo que soportan todos esos riesgos y las garantías existentes. Por ello el acta de la inspección establece "que los quebrantos por estas operaciones no serán inferiores a los 25.000 millones de pesetas".Además de paliar el deterioro del riesgo crediticio, Banesto necesita ponerse al día en las provisiones necesarias para hacer frente a sus compromisos de complemento de pensiones para sus empleados. Una parte de esta adecuación estaba ya recogida en el plan diseñado en 1992 y se, refería a casi 39.000 millones de pesetas para los que había un plazo de cobertura de ocho años. Pero en 1993, la cifra total aumenta hasta. 66.398 millones de pesetas, debido a que los cálculos que se habían hecho por parte de Banesto presentaban deficiencias importantes por retrasar las provisiones de los trabajadores prejubilados, por no existir los fondos de los trabajadores del Banco de Madrid y porque algunas hipótesis financieras para establecer los compromisos estaban claramente supervaloradas.
El sentimiento de crisis que atravesaba Banesto fue una constante en el sistema financiero durante. 1993 y los problemas para obtener financiación en el mercado interbancario fueron una muestra de ello.
Junto al encarecimiento que ello supuso para el grupo Banesto, ya que existía una prima de riesgo en la financiación al banco, se produjo, como se señala en medios del Banco de España, otro efecto desfavorable: el resto de la banca que opera en España dejó de prestar financiación a las empresas del grupo industrial. Y Banesto tuvo que aumentar su concentración de riesgos con estas sociedades para que pudieran seguir funcionando.
El deterioro industrial se mantuvo durante todo el año pasado, aunque las cuentas de resultados presentarán en general una cierta inflexión que no se concretó en las empresas de la corporación. Ello ha tenido un efecto claro sobre la valoración de las sociedades incluidas en el grupo industrial deforma que los ajustes necesarios disminuyen en 120.000 millones de pesetas el patrimonio neto de la corporación, lo que representa unas minusvalías de 8 1.000 millones de pesetas en la participación accionarial de Banesto. El resto de la cartera de valores de renta variable de Banesto no presenta un panorama mejor, ya que las minusvalías calculadas para estas otras sociedades superan los 71.000 millones de pesetas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.