El juez del 'caso Olot' cree que la secuestrada murió poco después del rapto

Salió con los ojos rojos de tanto llorar. Xavier Bassa, uno de los dos procesados por el secuestro de la farmacéutica de Olot, Maria Ángels Feliu, abandonó hundido el juzgado después de ser interrogado por el juez Santiago Pinsach, quien le comunicó, al igual que al otro inculpado, Joan Casals, el auto de procesamiento. El juez afirma en dicho documento que "por la sucesión lógica" de los acontecimientos el fallecimiento o desaparición de la secuestrada se produjo pocas horas después de que fuera raptada en el garaje de. su casa.

El juez imputa a ambos procesados el cargo, de detención ¡legal con el agravante de no revelar donde está la persona desaparecida (un delito por el que fueron condenados a 29 años los policías implicados en el Caso Nani). Medio centenar de vecinos increparon e insultaron a los dos detenidos acusados de detener a María Angels Feliu, a quien el juez da por muerta."¡Que me ayuden, por favor, que me ayuden!". Xavier Bassa, no escondió su desesperación cuando, por primera vez desde que fue arrestado, puso los pies en Olot. "Soy un hombre completamente inocente", gritaba entre los periodistas que le esperaban a su llegada al juzgado.

Cuando volvió a salir, sobre las 12.00 horas, se habían reunido junto a las puertas del juzgado medio centenar de personas que no cesaron de insultarle con gritos de "Asesino" y "Perro".

"Mentira"

Pero Xavier Bassa ya no les escuchó. Apareció con los ojos llorosos y se metió sin despegar los labios en el furgón policial. Su amigo, Joan Casals, dió mayores muestras de entereza, y tampoco perdió la oportunidad para hablar: "Todo esto es una mentira", afirmó.

Casals se libró de la ira popular porque abandonó el juzgado a las 14.30. Sólo un hombre le esperó y le llamó "perro". Los dos acusados fueron interrogados individualmente, según han informado fuentes judiciales. Ambos se ratificaron en sus declaraciones anteriores reiterando su inocencia en el secuestro de Maria Angels Feliu.