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4 plazas de 'funcionarios del baile' atraen a 66 jóvenes

El Ballet Nacional Español celebra su primera selección en cuatro años

La gran oportunidad se presentó ayer ante 66 jóvenes -la mitad hombres, la mitad mujeres, y todos bailarines-, que aspiran a formar parte de la compañía de danza más cotizada en España, el Ballet Nacional Español. Para alcanzar esa meta, se presentaron a una audición convocada por el Ministerio de Cultura: una especie de oposición en zapatillas a base de piruetas y sudor, de la que saldrán los nuevos miembros de esta formación. Lo que todos saben es que serán cuatro los afortunados, una mujer y tres hombres, que lograrán ser funcionarios del baile y ganar 175.000 pesetas al mes.

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Una compañía con sede itinerante

"Mucha mierda", se dicen los aspirantes antes de entrar. Es la forma de desearse suerte (decir la palabra "suerte" la trae mala). Tendrán que superar dos pruebas distintas antes de la criba final. Hoy terminarán.Un jurado compuesto por las tres directoras de la compañía -Aurora Pons, Victoria Eugenia y Nana Lorca-, dos miembros del comité de empresa, un representante del ministerio, un coreógrafo y el repetidor [el maestro que dirige los ensayos] de la compañía, preside todas las pruebas y toma nota de lo que ve. Su opinión será el veredicto final. Los cuatro bailarines que señalen conseguirán un contrato por un año como cuerpo de baile del Ballet Nacional Español, es decir, les hará acreedores a 14 pagas de 175.000 pesetas.

"Fuera chalecos, fuera cualquier prenda que no deje ver el cuerpo" dice Haidee Caicho, la maestra de la compañía que ayer dirigió la primera de las pruebas, una clase completa de ballet clásico. Los aspirantes, con un número colgando de la tripa y otro de la espalda, obedecen las instrucciones, se agarran a la barra y comienza la prueba.

Pelo tirante

Se nota que todos se han esmerado en lucir su mejor aspecto: caras maquilladas, el pelo tirante recogido en moño, pendientes y los maillots favoritos.

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Se les ha dividido en tres grupos de 22 personas. Mientras los el primero están en plena audición, el resto espera fuera. Parecen nerviosos, pero se oyen risas por todos lados, incluso chistes, y se nota que ya se conocen. "Nos vemos de audición en audición", dicen. Muchos de ellos, también, ya han trabajado juntos en compañías pequeñas.

"¿Las ventajas del Ballet Nacional? En primer lugar, tienes un contrato fijo y una nómina. Además, es una compañía con muchísima calidad y mucho prestigio, se puede aprender mucho y te dan clases todos los días", opina Beatriz Uría, una madrileña de 25 años que lleva nueve bailando. Ya se presentó a la última audición del Nacional, en 1989. En esa ocasión necesitaban dos chicas. Se parte de risa cuando se le pregunta si tiene esperanzas: "¡Sólo hay una plaza!".

Han pasado tres cuartos de hora, salen los bailarines del primer grupo, el jurado delibera unos minutos y entran los del siguiente. En tan sólo 10 minutos aparece la lista con los primeros preseleccionados. En total, cinco hombres y tres mujeres pasaron a la siguiente de las pruebas, la clase de baile español. Entonces, los gritos, besos y abrazos de los afortunados sirven para que no se noten las caras de tristeza con la que se quedan otros.

Kira Furcalla ha sido una de las afortunadas. Tiene 18 años, aprendió a bailar al mismo tiempo que a andar y ha acudido acompañada de su madre, una profesora de baile que se ha desplazado desde Barcelona para estar con su hija en una fecha tan crucial. Ella es la que confiesa que Kira no ha dormido en toda la noche. "Mi meta siempre ha sido bailar en el Ballet Nacional", dice. Tirándola de la lengua, llega a admitir que tiene esperanzas.

Un flamenco alemán

Otro de los afortunados ha resultado ser un alemán de 28 años de edad que llegó a España hace dos meses para aprender danza española. Se llama Nicolás Rimmk y en su ciudad, Múnich, llevaba 10 años estudiando baile español y flamenco.

No es el único extranjero que se ha presentado a esta audición. Hay varios aspirantes de fuera, todos ellos hombres. El único requisito que se debía cumplir para presentarse a esta audición es tener 18 años cumplidos.

Al final de la mañana habían pasado la primera prueba 14 bailarines que por la tarde se enfrentaron a una clase de baile español impartida por Victoria Eugenia.

Todos tenían que demostrar por la tarde su habilidad con las castañuelas y la fuerza de sus zapateados. Tras la segunda prueba quedaron ocho finalistas. Cuatro de ellos serán esta noche bailarines de la compañía nacional.

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