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La Seda pide a bancos y proveedores que sean accionistas para apoyar la reflotación

La Seda necesita accionistas y ha ofrecido a bancos y proveedores entrar en el capital. La empresa, la primera de España en la fabricación de fibras, trata de sobrevivir desde que fue abandonada por la multinacional Akzo. El plan de viabilidad que aplica desde hace un año ha frenado la crisis, pero La Seda precisa fondos. Las pérdidas de los últimos años suman 12.000 millones de pesetas y han consumido el capital. El consejo aprobará el mes próximo una operación acordeón reduciendo el capital a cero y ampliándolo con nuevas aportaciones.

El Consejo de Administración, controlado por personas próximas a la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, se reunirá a mediados del próximo mes para aprobar una ampliación de capital. La cuantía de esta ampliación no está decidida, pero podría situarse entre 2.000 y 3.000 millones de pesetas.No se descarta la entrada de la Generalitat como accionista ni de la propia Akzo, según fuentes de la compañía. La Generalitat ya ayudó a La Seda hace año y medio con un aval de 1.500 millones de pesetas. Con este aval, la empresa tomó créditos para financiar una fuerte reducción de plantilla.

Los holandeses han sido invitados a volver al capital con una participación minoritaria. Akzo fue accionista mayoritario de la empresa durante 63 años, hasta que cedió su participación del 57,5% al abogado Jacinto Soler Padró.

La propuesta del Consejo de Administración de La Seda, que preside José María Villamarín, consiste en que que proveedores y algunos bancos tomen participaciones o cambien deuda por capital para incorporarse como accionistas.

La Seda, con fábricas en El Prat de Llobregat (Barcelona) y Alcalá de Henares (Madrid), lucha desde hace dos años por superar la crisis. La empresa tiene en marcha un plan de viabilidad, que está dando los primeros frutos. Este plan se basa en tres ejes: reducción de empleo, nuevas inversiones y venta de patrimonio.

Los trabajadores han aceptado los sacrificios. La plantilla se ha reducido de 2.900 a 1.750 personas en el último año y medio, y se han aceptado reducciones de sueldo, que quedan pendientes de cobrar cuando se vendan inmuebles. La empresa ha puesto a la venta su antigua sede social en Barcelona y algunos terrenos de El Prat de Llobregat para obtener 5.000 millones de pesetas de liquidez. Aunque está retrasando estas ventas por la fuerte caída de precios del sector inmobiliario.

El plan de reducción de personal está dando resultados. Las pérdidas acumuladas hasta mediados de noviembre rondan los 3.000 millones de pesetas, frente a los 7.000 de¡ año pasado, según el director general, Rafael Español.

La empresa vive desde hace dos años un gran embrollo legal por la propiedad del 57,5% de las acciones. Akzo cedió su participación a Soler Padró por una peseta cuando el grupo holandés dejó La Seda.

La CNMV multó a Soler por no hacer una OPA y el juez tiene embargadas las acciones. El resto del capital está en manos de pequeños accionistas.

La Seda invertirá 1.500 millones para ampliar la producción de su producto más rentable: la fabricación de gránulos para hacer envases de plástico. Esta inversión fue aprobada hace dos meses por el Consejo de Administración. Por falta de fondos y hasta que se venda patrimonio, se financiará mediante un contrato de alquiler con opción a compra.

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