Serra advierte contra un partido que dependa solo del carisma de González
El vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, previno ayer a los socialistas contra la tentación de construir un modelo de partido cuya aceptación social dependa exclusivamente del carisma personal de Felipe González. Este es uno de los tres retos principales que, a juicio de Serra, tiene planteados hoy el socialismo español. Los otros dos son la superación del déficit de implantación socialista en las ciudades grandes y medianas, y la flexibilización de los planteamientos del PSOE para que puedan reflejar las demandas de una base social "muy amplia". Serra hizo estas reflexiones al inaugurar ayer en Barcelona unas jornadas de debate organizadas por el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) bajo el lema Renovación y partido.
Ante unos 700 militantes y simpatizantes socialistas, Serra marcó cuatro objetivos para el proceso de renovación socialista. El primero de ellos no está exento precisamente de ambición política: conseguir un militante por cada diez votantes. Lograr este propósito significaría que el PSOE triplicase su número actual de afiliados y que el PSC cuadruplicase el suyo. El PSOE tiene hoy unos 300.000 adheridos, y el PSC 23.000. Con los actuales resultados electorales, el objetivo marcado por Serra supondría para el PSOE alcanzar la cifra de 900.000 militantes, y para el PSC la de 100.000.
Los otros tres objetivos de la renovación citados por el vicepresidente del Gobierno son abrir la estructura del partido para adaptarla a la nueva realidad social y a las demandas de los ciudadanos, reavivar la vida política interna de la organización y dotar el mensaje del partido de nuevos contenidos políticos.
Serra criticó que la presencia de los socialistas en las instituciones haya hecho olvidar a algunos de ellos el papel mediador entre la Administración y la sociedad que debe desempeñar el partido. El vicepresidente del Ejecutivo lamentó que en la práctica política del partido dicho papel mediador sólo cobre carácter prioritario en las campañas electorales. "¡Esto hay que cambiarlo!", sentenció Serra.
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