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Clientes de Alcalá 20 oyeron gritos bajo el asfalto

A medida que avanza el juicio por el incendio de la discoteca Alcalá 20 (81 muertos) afloran testimonios de testigos cada vez más estremecedores. Una superviviente, María Paz Guillén, de unos 35 años, contó ayer que cuando consiguió salir de la discoteca, dejando tras de sí un sótano anegado de humo, llamas y cuerpos tendidos en el suelo, escuchó gritos y voces de auxilio que salían de debajo del asfalto. Al parecer, según dijo, alguna de las salas de baile de la discoteca está ubicada justo debajo de la calle de Alcalá. "Un grupo de personas cogimos vallas de hierro e intentamos romper el suelo". Fue inútil. También hubo gente, dijo, que rompió las puertas de una peletería colindante porque creía que "podía tener algún tipo de comunicación" con la discoteca. Mientras se escuchaban estos gritos, otros clientes intentaron derribar una de las puertas de emergencia, de las que se cierran en forma de tijera. Estaba casi cerrada. Por dentro, en el vestíbulo, decenas de supervivientes tragaban el humo negro que subía desde el sótano. Gracias a la presión que ejercían entre sí y hacia la valla los cuerpos de las víctimas, pudo abrirse al final.Ángel Galiana, uno de los camareros de Alcalá 20, señaló, por su lado, que pudo huir del local utilizando unos extraños pasillos de edificios adyacentes a la sala y que tardó alrededor de tres cuartos de hora en llegar a la calle. Hoy deberá prestar declaración ante el tribunal, que preside Pedro Javier Rodríguez, el hombre que perdió a una hija (cayó al vacío desde lo alto del edificio) cuando su familia huía del humo.

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