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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

"No son santos inocentes"

He tratado de seguir con comprensión, y hasta con compasión, los desvelos y sufrimientos de esas 13.000 familias de las que nos habló el 17 de octubre de 1993 El País Madrid. Me refiero al artículo de A. Alfagerne y V. G. Olaya sobre las familias que compraron fincas rústicas y que ahora buscan cómo legalizar las casas construidas. .No voy a discutir el derecho de todos a una vivienda digna,, e incluso voy a añadir algo que no dice la Constitución: asequible. Pero lo que no creo que sea asumible a ningún nivel es el hecho de violar la ley y luego buscar los mecanismos para llegar al tradicional "aquí no ha pasado nada.

Una de las cosas de las que puede enorgullecerse este país es de su derecho urbanístico. Paralelamente, somos el país europeo que más y mejor lo ignora. Cómo manifestación de este espíritu, en la Comunidad de Madrid tenemos un rosario de urbanizaciones ¡legales que nos demuestran, antes que nada, que si los promotores de las mismas no son de fiar, los que compran tampoco son santos inocentes.

Parece ser que la ignorancia de la ley no exime del delito. Claro que pueden hacerse excepciones si el delito ha sido construir una vivienda en "suelo no urbanizable" y la familia que en ella vive nos conmueve lo suficiente.

Deberíamos empezar a pensar que las normas urbanísticas municipales están para ser respetadas, no sólo por temor al posible castigo, sino por civismo. Los criterios para determinar si un suelo será o no urbanizable en una localidad cualquiera son múltiples, y los que trabajamos en cuestiones urbanísticas sabemos, que la decisión final es un delicado equilibrio entre intereses públicos y privados, considerando además las necesidades presentes y futuras de sus habitantes.

¿De qué forma debemos mirar a unas personas que adquirieron terrenos por varios millones de pesetas de hoy (y no a precios actuales), muchas de ellas a sabiendas de que eran suelo rústico (o sea, en el que no está permitido construir ¿Es razonable pensar que alguien haga una inversión en terrenos (no me parece correcto definir como simple compra la adquisición de tierra, cuando no es un bien consumible) y no se informe de su situación urbanística?

No consigo simpatizar con estos señores, lo siento. No encuentro justificación a edificar donde no se debe y luego esperar a que lleguen los servicios e infraestructuras existentes en suelo urbano. Probablemente, necesitamos grandes dosis de educación urbanística y ambiental

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