El topo vallecano

La ampliación de la línea 1 del Metro lleva una velocidad de ocho centímetros por hora y se acomete con las mismas herramientas que emplearon los abuelos de los actuales trabajadores para horadar el primer metropolitano de Madrid, en 1919: el pico, la pala y el martillo neumático. El túnel, de unos dos kilómetros, ya está completo, pero las peripecias de quienes lo han construido han quedado plasmadas en la muestra Expo Vallecas, que se abrió ayer al público.La exposición se ha instalado en una estación todavía en obras, la del Alto del Arenal. Los visitantes podrán asomarse a las obras de construcción desde el vestíbulo. Después de tres años de trabajos, la obra está a punto de concluir y se abrirá en febrero o marzo de 1994, según anunció ayer el presidente regional, Joaquín Leguina, durante la inauguración de la muestra. La línea 1 continúa así su lenta marcha hacia el sureste. En 1923 llegó al Puente de Vallecas, y en 1962, a Portazgo. Ahora se ha quedado a un paso de la Villa de Vallecas.

El suelo de Madrid es blando como un queso y para poder hincarle el diente los operarios han tenido que comportarse como delicados gourmets. De no actuar así, el túnel se podía haber derrumbado sobre sus cabezas. "Este sistema de construcción es relativamente antiguo, tan antiguo como el Metro, pero es el más seguro", explica Vicente Gago, director de Infraestructuras de la Comunidad de Madrid.

Gran parte del suelo de Vallecas está formado por arena y surcado por arroyos subterráneos. Cada vez que los trabajadores se han topado con ellos han tenido que inyectar compuestos aglomerados para compactar el terreno.

Sistema tradicional

El sistema tradicional de construcción del Metro en Madrid consiste en hacer un pequeño agujero de dos metros de diámetro, asegurarlo y ensancharlo cuidadosamente hasta formar la bóveda del túnel. Una vez forrada con hormigón, ya pueden actuar con seguridad las grandes máquinas y excavar, tierra adentro, el resto de la galería.En el metro de Vallecas se ha empleado la misma cantidad de hormigón necesaria para levantar y llenar tres estadios como el del Rayo Vallecano. Los dos kilómetros de túnel, las tres estaciones, las cocheras y el aparcamiento para 900 vehículos, junto a la M-40, le han costado a la Comunidad 8.247 millones de pesetas. La clientela que esperan tener los responsables del proyecto se eleva a 65.000 personas al día. El túnel discurre bajo la avenida de la Albufera y en ella desembocan las tres nuevas estaciones: la del Alto del Arenal (a la altura de la calle de Santillana del Mar), la de Miguel Hernández (León Felipe) y la de Buenos Aires (a la altura de la avenida del mismo nombre).

La exposición, que permanecerá abierta hasta el 21 de noviembre, muestra también la evolución urbanística del barrio y el metro del año 2001.