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"¡Cuida de tu madre, hijo!"

Un líder 'ultra' japonés se suicida en el diario 'Asahi Shimbun' por atacar a su partido

Juan Jesús Aznárez

"¡Cuida de tu madre, hijo!". Éstas fueron las últimas palabras del dirigente ultraderechista Japonés Shuzuke Nomura antes de dispararse en el pecho con dos pistolas desenfundadas por debajo del quimono. Se suicidó como vivió: mirando al palacio imperial. Pero lo hizo en presencia de su hijo mayor y desde las ventanas del despacho del presidente del periódico Asahi Shimbun, a quien antes de inmolarse pidió explicaciones por los ataques de una de las revistas asociadas al diario. Comiéndose una consonante del nombre de su partido, la publicación lo había bautizado, como "el de los caparras". Las disculpas recibidas no le parecieron suficientes.El artículo y la viñeta que encolerizaron a Shuzuke Nomura, de 58 años, aparecieron en el semanario Shukan Asahi durante la campaña electoral al Senado de 1992. El extremista fue derrotado, y no olvidó la afrenta pese a la posterior publicación de una nota de protesta. "Me veré forzado a suicidarme algún día, y creo que cometeré haraquiri [abrirse el vientre con un sable]", anunció en un acto público el antiguo presidente de un movimiento considerado por la policía como violento e influyente entre los 980 grupos de la ultraderecha nacionalista: 120.000 miembros.

La dirección de Asahi y el fallecido habían concertado la entrevista en la que la empresa periodística comunicó estar dispuesta a ir más allá en su arrepentimiento y excusarse en una conferencia de prensa. Nomura, sin embargo, insistía en la necesidad de un debate, según fuentes de la empresa. Hiroyaki Yamamoto, uno de su portavoces, se manifestó consternado e interpretó el suicidio como "una protesta contra un medio de comunicación".

La biografía de Nomura fue tan violenta como su muerte. Hace 20 años incendió la vivienda de un político del conservador Partido Liberal Demócrata, entonces en el Gobierno. Después cumplió dos años de prisión por un radicalismo político tipificado en el Código Penal, y siempre se mostró inasequible al desaliento en la atropellada defensa de los postulados que a principios de siglo sentaron las bases del brutal expansionismo militar nipón. Con otros tres ultras, armados todos con pistolas y sables, asaltaron en 1977 la sede del Keidanren, la organización empresarial mejor organizada y más influyente de Japón. Tomaron rehenes y resistieron el asedio policial un día.

El tono liberal del diario Asahi Shimbun, segundo en tirada y primero en influencia, molestó siempre al derechismo japonés más reaccionario. En 1987, uno de sus periodistas fue abatido por un pistolero, y quienes reclamaron la autoría del asesinato acusaron al rotativo de "antijaponés".

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