Diálogo generoso

A mi juicio, son totalmente desproporcionadas las opiniones que empiezan a proliferar en el sentido de que España sólo puede afrontar eficazmente la crisis con un nuevo Gobierno de Felipe González que cuente con presencia de ministros del PP. Tampoco comparto la opinión de los que ven la necesidad de convocar nuevamente elecciones. Bien es verdad que los socialistas, entretenidos en su renovación interna, descuidaron el ganarse la renovación de sus precedentes mayorías parlamentarias, pero no es menos cierto que pueden gobernar (y aún mejor) sin tener garantizados de antemano en las Cortes los votos necesarios. España necesita abundar en una práctica lamentablemente poco presente en nuestra historia política: el diálogo y la negociación generosa a fin de armonizar las posiciones inicialmente encontradas.Todavía es pronto para categorizar sobre la imposibilidad del entendimiento entre las fuerzas políticas de este país. Nadie sin intereses extraños tiene por qué dudar de la responsabilidad y de la lealtad institucional con la que socialistas, nacionalistas catalanes y vascos e Izquierda Unida participan en el tira y afloja del juego parlamentario. Así se fortalece el sistema democrático y así se pueden consensuar las políticas para salir de la crisis de manera solidaria y con el respaldo de una inmensa mayoría social.-