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El Atlético sugiere a Pereira que cambie su sistema

Jair Pereira tendrá que cambiar su sistema. Así se lo comunicó ayer Miguel Ángel Gil Marín, el director general del Atlético, en una reunión a la que asistió también una comisión de la plantilla (Tomás, Juanito, Solozábal y Abel) para expresar la preocupación del club por el bajo rendimiento del equipo. "Es una obligación del entrenador adaptar su sistema a los jugadores que tiene y no al revés", afirmó Gil Marín. El técnico, mientras, aseguró estar tranquilo y dijo que los únicos que se muestran nerviosos son los dirigentes."No puedo dudar de su buena fe", afirmó Gil Marín tras la reunión, "pero para que me convenzan sus argumentos tienen que llegar los buenos resultados". El director general consideró que era el momento de pedir explicaciones a la plantilla: "Ahora que no pasa absolutamente nada, que seguimos con opciones en todo, es el momento idóneo para reflexionar. Tenemos miedo de entrar en la dinámica del año pasado. No queremos que se llegue a una situación irreversible como la de entonces en la que la afición se iba del campo y los números no cuadraban".

Gil Marín sabe que "con esta reunión no se van a marcar goles", pero confía en sus efectos positivos. "Al menos", dijo, "se hace pensar al entrenador que no todo va tan bien como él cree. Tiene una idea de fútbol igual para en casa que para fuera. Los jugadores tienen una mentalidad distinta, instintivamente se retrasan. Es dificil cambiar esa educación. Es una obligación del entrenador adaptar su sistema a los jugadores que tiene. Por su forma de trabajar dice que necesita puntas que defiendan, pero lo que hay no están acostumbrados a hacerlo".

Relación técnico-plantilla

Otra de las cuestiones que se trató en la cita fue la relación entre la plantilla y Jair Pereira. Los directivos sospechaban que existía falta de comunicación entre ellos, pero cambiaron de idea tras la reunión. El técnico, con todo, tendrá que cambiar. Su puesto, de momento, no peligra. "Cambiar de entrenador", indicó Gil Marín, "no es la solución acertada. Eso dice la tradición".Cuando se le preguntó por cómo habían encajado los jugadores las críticas ("les viene grande la camiseta, les falta personalidad y han perdido confianza en ellos mismos"), Gil Marín dijo: "A nadie le gusta que critiquen su trabajo, pero nuestra labor es comentar lo que no nos gusta. Yo entiendo que el presidente puede decir lo que se le ponga en gana y, además, la tradición dice que con ese sistema no le ha ido mal y que los jugadores encajan mejor sus formas que el diálogo".

Tomás, el capitán del equipo, tiene su versión sobre la influencia de estos ataques. "No me acostumbro", dijo, "a recibir críticas cuando creo que lo estoy haciendo bien. Pero en cierto modo me motiva para esforzarme más. No sé cómo lo habrán encajado los demás, pero supongo que servirá para incentivarles".

El más afectado por el desarrollo de la reunión, Jair Pereira, se mostró seguro de sí mismo. "Yo estoy tranquilo", dijo, "los que están nerviosos son ellos. Los directivos tienen todo el derecho a hablar, pero estamos a tres puntos del líder. Estamos intentando ser ofensivos, pero hay que entender que tenemos siete jugadores nuevos".

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