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Los guías tratan de impedir la competencia de los jubilados

El colectivo de guías profesionales está decidido a impugnar el programa de guías voluntarios de la tercera edad que está impulsando la fundación española Aulas de la Tercera Edad y de la Fundación Caja de Madrid para algunos museos de la capital. La Asociación de Guías de Madrid considera que dicho programa supone una actividad que atenta contra un colectivo profesional y que incurre además en competencia desleal.Los organizadores del programa niegan tajantemente que esto responda a la realidad, y aseguran que están totalmente abiertos al diálogo. También afirman que estas quejas "estaban asumidas desde el principio y suponen un desconocimiento de lo que es el voluntariado".

Las protestas de los profesionales del turismo apuntan en varias direcciones. Por un lado, opinan que poner un pensionista en la puerta de un museo es "descabalado y trivializa una profesión que requiere varios años de estudio y una continua reconversión". Los mayores de 60 años que se apuntan a este programa realizan un cursillo de 14 horas para enseñar un museo.

Estos profesionales también creen que la existencia de guías que no cobran por sus servicios supone un peligro para su seguridad laboral. "La mayoría somos profesionales autónomos, sólo cobramos cuando trabajamos. Tener un competidor que trabaja gratis es un atentado contra nuestros derechos", se quejaba uno de ellos. Un buen número de estos guías se dedica a enseñar los museos a grupos de colegiales, que es precisamente el campo que van a explotar, de momento, los pensionistas.

Su oposición también se basa en aspectos económicos y fiscales. "El ejercicio de esta profesión nos cuesta dinero. Tenemos que pagar una licencia fiscal y darnos de alta en la Seguridad Social. Ellos [los guías de la tercera edad] cobran su pensión y encima nos quitan puestos de trabajo", argumentan.

Pagar profesionales

José Luis Jordana, promotor y responsable del programa, responde a todas estas críticas. "No sólo no perjudicamos a los guías profesionales, sino que les vamos a facilitar puestos de trabajo al dinamizar los museos", afirma. Y añade: "Donde ellos no llegan vamos a estar nosotros con guías voluntarios. El que quiera profesionales que pague".

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La Asociación Profesional de Informadores Turísticos ha puesto el caso en manos de un abogado, aunque quieren hablar con directores de museos y con los propios responsables del programa para llegar a un acuerdo. De lo contrario, los profesionales están dispuestos a impedir la puesta en marcha del programa de guías voluntarios de la tercera edad.

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