Dinamarca estará pendiente de dos estadios

Cuando esta tarde (19.00) salten al césped del Parken de Copenhague para enfrentarse a Irlanda del Norte, los jugadores de Dinamarca tendrán muchas cosas claras. Hasta podrán sentirse ebrios de alegría. Una victoria de Irlanda sobre España en el encuentro de la sobremesa dejaría a los pupilos de Richard Möller muy cerca de Estados Unidos. Una victoria sobre los ya eliminados norirlandeses les supondría automáticamente el pasaporte. Se acabarían sus sudores y se olvidarían del fantasma de un encuentro decisivo en Sevilla.Es su esperanza; pero, de todas formas, Möller ha subrayado que lo único que pueden hacer sus hombres es ganar a Irlanda del Norte. Una victoria que creen segura aunque sólo sea por la abundancia de medios de que disponen casi por primera vez en la fase de clasificación.

Möller tiene un problema: tiene a los mejores jugadores de su país dispuestos para jugar y no sabe a quién descartar. De hecho, hasta última hora no anunciará su once inicial. Sus dudas se centran en la elección del ataque. Brian y Michael Laudrup, Pingel y PovIsen, que vuelve tras una lesión de seis meses, están dispuestos para jugar. Pero Pingel, el jugador menos conocido -juega en el equipo turco del Bursaspor- y único delantero nato del cuarteto, parece ser el único que tiene asegurada una plaza. No en balde ha marcado cuatro goles en los últimos tres partidos con Dinamarca.

Tanto Brian Laudrup como Vilfort y Christofte no se entrenaron ayer, debido a pequeñas molestias, pero sólo Christofte es duda para hoy.

Orgullo norirlandés

Irlanda del Norte no se juega nada, pero ello, en palabras de su capitán, Alan McDonald, no significa que den el encuentro por perdido. "No nos jugamos más que el orgullo", declaró, "pero eso es algo que no nos gusta ver dañado".

Su técnico, Billy Bingham, de 61 años, anunció recientemente que en diciembre se retiraba tras 17 años al frente de la selección y estaría encantado de marcar con una victoria su último encuentro fuera de su terreno. Sus mayores problemas son las lesiones de los delanteros Jimmy Quinn y Gray y de los centrocampistas O'Neill y McDonald, que, sin embargo, esperan estar recuperados para un partido en el que la defensa de su orgullo chocará con las necesidades, más tangibles, de Dinamarca.

Aunque seguro que al veterano Bingham le encantaría que su función de aguafiestas se prolongara hasta el 17 de noviembre, fecha en la que reciben en su territorio al vecino del sur, la República de Irlanda.