Un policía nacional mata a su compañera de un tiro en la cara
de los Reyes Martín Gussi Flores, de 41 años, funcionario de¡ Cuerpo Nacional de Policía destinado en San Sebastián de los Reyes desde hace más de ocho años, es "un gilipollas que siempre estaba jugando con la pistolita". Así lo describen los familiares y los amigos de Pilar Asensio, una joven de 26 años que falleció la tarde del jueves a causa del disparo en la cabeza que le efectuó su compañero sentimental, Martín, como él mismo, confesó. El homicida, que abría las botellas de cerveza con el cargador de su pistola, mató a Pilar tras consumir varios cubatas.
El policía, según el relato de los camareros de varios bares de la calle de La Victoria de San Sebastián de los Reyes (54.000 habitantes), donde ocurrió el homicidio, se pasó toda la tarde bebiendo cubatas en estos locales. A la cervecería alemana Badem Badem llegó sobre las cinco, vestido de uniforme, sin afeitar y "con muy mala cara, diciendo que le dolía la garganta". Pidió una ginebra con limón y poco después llegaron Pilar y su hija de seis años, que se tomó un batido.Minutos después abandonaron el bar y el policía se dirigió a otro establecimiento para regresar a la cervecería sobre las 19.30, según los empleados. Pidió otra ginebra con limón y se sentó entre un grupo de chicas a las que ofreció que se fueran con él "a coger a varios chavales con droga", según contaron ellas a los empleados del local.
Al filo de las ocho de la tarde, Pilar Asensio entró de nuevo en la cervecería a buscar al policía. Martín ya había estado en el local el día anterior vestido de paisano y su comportamiento "fue normal", según los empleados.
El jueves, Martín Gussi se comportaba como otros días. En un bar de copas donde la pareja estuvo bailando y bebiendo, él "abrió las botellas de cerveza con el cargador de la pistola y estuvo tonteando con el arma, como hacía siempre", aseguraba ayer Alejandro Asensio, hermano de la víctima.
Minutos después de las ocho, la Policía Local del municipio acudía a la calle de La Victoria, alertada por los vecinos. Martín, con la cara y la ropa ensangrentadas, había entrado en el bar donde poco antes había estado bailando con Pilar diciendo: "He matado a mi mujer".
Dos años juntos
Los agentes locales hallaron al policía nacional "de uniforme y presa de una gran excitación nerviosa" en el interior de un vehículo Peugeot 205. A su lado, Pilar Asensio, gravemente herida, presentaba un disparo con entrada por la mejilla izquierda y salida por la nuca.
Ni la Policía Local, que se incautó del arma reglamentaria que Martín tenía en su funda, ni la ambulancia de Protección Civil que acudió en ayuda de la joven, lograron evitar que muriera cuando era trasladada al hospital La Paz.
Tanto Alejandro como Ana Fernández, abuela de la niña de Pilar, coinciden en calificar al policía de "chulo, idiota y borracho". Ayer, Alejandro recordaba con pesar haber alertado a su hermana muchas veces sobre el policía, pero se resignaba: "Cuando alguien se enamora, es difícil que escuche".
Ana afirmaba, por su parte, que la hija de Pilar dijo haber visto al policía cargar la pistola, discutir con su madre y decir: "Lleva a la niña con tu madre". La pequeña, desde la casa de su abuela, situada en la misma calle donde sucedieron los hechos, escuchó el disparo y, según su abuela, dijo: "Como haya matado a mi madre, le mato yo". Poco después veía a su madre tendida en el suelo.
Martín y Pilar vivían juntos desde hace dos años en un camping de Madrid. Él, separado, tiene tres hijos, y ella, también separada, una niña. Según los familiares de Pilar, las relaciones de la pareja "no eran malas".
Según las primeras pesquisas policiales, el crimen ocurrió dentro del coche, ya que el casquillo de la bala fue encontrado dentro del automóvil, propiedad de Martín Gussi Flores, aunque habitualmente lo utilizaba la víctima.
Gussi Flores estaba ayer aún detenido en la comisaría de policía de San Sebastián de los Reyes, donde está destinado, a la espera de ser interrrogado por inspectores del grupo de Policía Judicial, que intentarán aclarar los pormenores de lo sucedido antes de ponerlo a disposición judicial.
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