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Porretas, el rock 'gamberro', sale de la bodega

El protésico, el transportista, el bodeguero y el chapuzas de Hortaleza actúan hoy

Ya han grabado un disco con una multinacional y aún siguen acudiendo cada mañana al trabajo. Luis, el batería, hace portes con su furgoneta; El Pajarillo, el bajista, es mecánico protésico; Robert, guitarra y voz, sin ocupación estable, curra en lo que sale: de albañil, pintor o barrendero, y El Bode, guitarra y voz, atiende su bar. Por la tarde se convierten en Porretas, la banda de rock gamberro de Hortaleza. Los cuatro se juntan en la bodega para hablar de rock, escuchar música y beberse unos botijos (botellín de cerveza). Empiezan a ser conocidos. Esta noche tocan.

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Un día apareció una pintada en el barrio que ellos convirtieron rápidamente en su grito de guerra: "Hortaleza es el barrio de los porros y de la cerveza", gritan. Sin embargo, a Porretas no les gusta hacer apología de ningún tipo de drogas. "A nadie recomendamos que fume canutos; ni siquiera los cuatro los fumamos. No queremos que un chaval de 14 años crea que para hacer rock o cualquier otra cosa haya que drogarse, y no como los Héroes del Silencio, que van diciendo por ahí que los porros debían ser obligatorios", explica uno de los músicos.Porretas son buenos chicos. Ni siquiera están en contra de los curas, como pudiera parecer al oír una de sus últimas canciones (Si los curas comieran chinas del río). "Los curas que en los barrios hacen más de asistentes sociales que de cura molan, pero estamos en contra de los apoltronados que viven a costa de Dios... o de todo dios".

Su reivindicación vital es pasárselo bien: "Haciendo rock and roll, privando [bebiendo], fumando y metiéndonos en fregaos, o sea, ir a conciertos, fiestas, de marchilla...". Da la sensación de que no hay otros entretenimientos para ellos: "Ésa es la forma de diversión de hoy en día, ¿no?". ¿Y las chicas? "Claro, nos gustan las tías, pero no queremos hablar demasiado de ellas, ni en las canciones ni en nuestra vida. No vamos de playboys por ahí".

Forman una sólida piña. Son muy colegas, y lo que uno dice, sea quien sea, el resto lo aprueba. Salvo alguna excepción, como cuando discuten sobre rock radical o de fútbol: dos son del Madrid; otro, del Atleti, y el otro, a veces del Rayo, a veces del Madrid. Sin embargo, coinciden en algo: "Es una vergüenza que los futbolistas cobren 500 millones para hacer lo que luego hacen. Como cualquier trabajador, debían cobrar ciento y pico mil pelas o llevar un aparato en la chepa [espalda], y según rindan cobran, como si fuera un taxímetro".

Tralla y mucha caña

Les cuesta poner a su música una etiqueta: "Hacemos rock and roll por la cara, tralla de barrio, mucha caña y letras cachondas. Rock de barrio elaborado en la bodega". Y se remiten al serial radiofónico que se llamaba como ellos: "El abuelo Porretas era un cachondo, nuestro nombre está más pensando en él que en lo que suena en relación con porros".

Por los problemas de la sala Canciller, tapiada por orden de la Junta de Ciudad Lineal, Porretas actúan esta noche en la sala Canciller II, que ocupa el lugar de la legendaria sala Argentina, uno de los templos madrileños del rock duro. Ayer ya se habían vendido 600 entradas de las 2.000 a la venta.

Será su puesta de largo. Estrenarán su disco última generación: "Vamos a dar una tralla que te cagas; cuando subimos al escenario somos como los que están abajo, o sea, que nos lo pasamos tan bien como el público".

Porretas actúan hoy en Canciller II (antigua sala Argentina), calle de Pobladura del Valle, 21. Metro San Blas. 22.30. Venta anticipada: 1.300 pesetas en Madrid Rock, Canciller II, sucursal Barrabás y bodega Cobela; 1.500 pesetas en taquilla.

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