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Un toro embiste a un niño de 11 años en el último encierro de Fuenlabrada

Un hombre de 35 años fue empitonado ayer cuando protegía a su hijo, de 11, ante la embestida de un toro en el último encierro de las fiestas de Fuenlabrada (150.000 habitantes). El menor sufrió una fractura de clavícula, y su padre, una cornada en el tobillo y otra en la nalga. La Comunidad ha recomendado a las peñas que los niños no participen en estos festejos. El padre dijo que no participaban en el encierro y que tan sólo cruzaban la calle, según fuentes municipales.

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Ayer, asistieron unas 7.000 personas, y se soltaron dos toros y tres vacas. El encierro duró tres horas, una más que la fijada por el Ayuntamiento. En los encierros de Pamplona, la duración normal es de tres minutos.El percance sucedió a primera hora de la mañana cuando padre e hijo -sus nombres no han sido facilitados- caminaban por una de las calles del itinerario, viendo que las reses estaban alejadas, según fuentes municipales. De repente, un toro que estaba clavado arrancó hacia ellos y otras personas.

Una "anécdota"

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Con la avalancha, el niño se cayó cuando buscaba con su padre un hueco entre unos hierros para refugiarse. Tras un momento de indecisión, el toro se les echó encima y el padre reaccionó arrojándose sobre su hijo para hacer de escudo. En ese instante, le produjo una fractura de clavícula. Siempre según la versión del concejal de Seguridad Ciudadana de Fuenlabrada, Miguel Ángel García Núñez, la res empitonó por el tobillo al padre, le ocasionó una herida no muy profunda y le pinchó en una nalga.

Varios mozos comentaron que tras un momento de nerviosismo, algunas personas, aunque no esta claro si eran o no dobladores (los 10 mozos con experiencia taurina cuyo cometido es auxiliar a los corredores) hicieron rápidamente varios quites para sacarles al toro de encima.

El Ayuntamiento de Fuenlabrada aclaró ayer que a pesar de las medidas de seguridad es posible que se cuele algún menor en los encierros porque el recorrido es amplio. Según el portavoz municipal, Manuel Robles, siempre existen puntos sin controlar en unos encierros que "duran tanto tiempo y que se desarrollan en calles largas y estrechas".

El hombre herido ayer con su hijo declinó anoche ratificar o negar la versión municipal, después de que los médicos le trasladaran la solicitud de este periódico al respecto. El incidente del niño fue calificado por Robles como "una anécdota" dentro del balance de los encierros.

Otras dos personas resultaron heridas en el segundo encierro de las fiestas. Una de ellas recibió una patada del toro, cuando, según su propio testimonio, iba a hacer lo mismo contra el animal. La coz le rompió una pierna. Otro otro hombre, de 23 años, sufrió una contractura en la columna al chocar con un mozo mientras huía de un astado.

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