Maradona cambia Estados Unidos por Cuba
El Che Maradona, que inició su guerra de guerrillas en los campos de fútbol cuando enfrentó al capo de la Federación Internacional, el brasileño Joao Havelange, continuó luego en los terrenos del Vaticano con el ataque al papa Juan Pablo II y se entrenaba ahora en los combates periódicos contra el presidente argentino Carlos Menem, acaba de iniciar el asalto final al corazón mismo del imperio. El consulado de Estados Unidos en Buenos Aires le negó el visado para entrar a ese país y Maradona ha respondido al incidente con un bombardeo de palabras. Su contraataque seguramente culminará en Cuba, donde Fidel Castro le aguarda con las barbas húmedas de placer. El jugador, en plena etapa de recuperación tras su fracasado intento de regreso a la alta competencia europea con el Sevilla, había reservado una breve estancia en el Centro de Alto Rendimiento de Miñwaukee, en Estados Unidos, el que habitualmente utilizan los Bucks, uno de los equipos de la NBA. Su hermano, Raúl Maradona, que está jugando en un equipo de la Liga norteamericana de fútbol, le había recomendado el sitio y todo parecía listo ya para que, si superaba los controles que le harían allí, Maradona volviera a jugar en el Argentinos Juniors o el San Lorenzo del fútbol argentino.Maradona tenía previsto viajar el pasado miércoles para regresar el sábado y asistir el domingo al partido que la selección argentina debe disputar en Buenos Aires frente a Paraguay. El martes, un portavoz del consulado avisó al representante de Maradona que el Gobierno de Estados Unidos le negaba el visado de ingreso al jugador por los procesos judiciales que aún están pendientes contra él -uno en Italia y el otro en Argentina- por consumo de cocaína.
Ante la noticia, el Che del fútbol reaccionó como podría esperarse. Dicho en términos de letra de tango: "Con bronca y junando " (mirando). Cuando se le cruzó el primer micrófono de una emisora de radio, Maradona dijo: "Los yanquis se creen los dueños del mundo. Ahora los señoritos no me dieron el visado y tengo que - cambiar mis planes. Ellos mandan acá drogadictos, lavan dinero, entra cualquiera y nos dice como tenemos que vivir, pero yo no puedo entrar a pesar de que mis dos causas están bajo el control de la justicia. Yo sé que son los dueños del mundo, capaces de inventar guerras y mandar a matar en cualquier parte, y por eso ahora debo tener paciencia, pero no me van a ganar así nomás..."
Los dueños del mundo le dejaron el balón picando frente a la portería. El que fuera considerado el mejor jugador del mundo en la década pasada lo tocó entonces suave, como hacen los grandes de verdad, para poner su declaración final allí donde resulta inalcanzable: "Ahora estoy pensando en irme a Cuba. No por tocarle las cachas (el culo) a los yanquis, pero un poquito sí".
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