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CLASIFICACIÓN MUNDIAL 94 / ZONA SURAMERICANA

Argentina reconcilia el espíritu con la carne

En el fútbol suramericano los aficionados dicen que es más difícil disputar las eliminatorias para conquistar un lugar en la Copa del Mundo, que ganarla. El desarrollo de los partidos del pasado domingo parecía confirmar minuto a minuto ese sufrido destino. Uruguay, uno de los históricos, perdió en La Paz, frente a Bolivia y ahora juega toda su suerte el domingo frente a Brasil. En el grupo A, la selección argentina volvió a dar una nueva muestra de su personalidad como equipo, al vencer a Paraguay, en Asunción, por 1-3, tras quedar con nueve jugadores en el campo. Argentina reconcilió el espíritu con la carne.La jornada del domingo entró ya en las páginas de los recuerdos inolvidables para bolivianos y argentinos. Bolivia es el líder del grupo B, con tres partidos jugados y tres ganados. Esa ventaja física natural, la de jugar en casa sin sentir la falta de oxígeno que afecta a sus rivales, se agrega a un buen equipo que ha formado el entrenador vasco Xabier Azkagorta. Con dos figuras destacadas sobre el resto, el diablo Etcheverry y Erwin Platini Sánchez, logró definir en el segundo tiempo un partido que Uruguay le había complicado con su sistema del marcaje y el golpe duro.

El derrumbe de Uruguay no sorprende. La mezcla de jugadores locales con los extranjeros nunca terminó de cuajar. Las estrellas uruguayas del calcio, Fonseca, Sosa, Francescoli y Aguilera, sólo parecen cumplir con un compromiso. El domingo próximo, frente a Brasil y en casa, Uruguay se la juega. Perder prestigio le costará años recuperarlo.

En la otra orilla del río de la Plata, los argentinos celebran la reconciliación del espíritu y la carne. El ciclo invicto, que se inició hace tres años al llegar Alfio Basile y suma ya 33 partidos, se mantuvo también en Asunción frente a Paraguay. Este equipo argentino, que ganó dos veces la Copa América y se dirigía ya, lentamente, hacia el final de su ciclo, tuvo que sentirse al borde de perderlo todo para demostrar que en el corazón de sus jugadores todavía quedan reservas de fútbol y coraje.

Argentina ganaba 0-1 desde los 15 minutos y mantenía bajo control la furia paraguaya hasta que el juez uruguayo Ernesto F¡lippi expulsó al goleador Batistuta, junto con el defensor paraguayo Ayala. En el tramo final del primer tiempo Paraguay acorraló a Argentina, empató y provocó la expulsión de Ruggeri.

En el descanso el entrenador Basile ordenó el ingreso de Cáceres y Basualdo para reconstruir la base del equipo. Y en el segundo tiempo, cuando todo parecía ya de Paraguay, asomó por fin el verdadero juego argentino. Redondo fue el símbolo de la recuperación. A su lado, bajo el despliegue de su toque de balón en todo el campo, creció el equipo. El final fue de fiesta completa, con lujos, buen juego y 20.000 argentinos cantando frente al silencio de todo Paraguay.

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