Volkswagen insinúa que el pacto con Suzuki fracasó por la campaña de General Motors
La firma automovilística Volkswagen ha decidido abandonar su actitud pasiva en la crisis que le enfrenta con el gigante americano General Motors en el affaire Superlópez. El presidente de la empresa alemana, Ferdinand Piech, ha afirmado en declaraciones a un semanario de ese país que se "está realizando una guerra económica internacional contra el grupo para su destrucción", cuya primera consecuencia puede haber sido el fracaso del pacto entre Suzuki y la firma alemana para la fabricación de un pequeño utilitario en la Zona Franca de Barcelona. General Motors posee el 3,5% del capital de Suzuki.Según Piech, que hoy realizará una rueda de prensa en Wolfsburg, sede del grupo alemán, "la sucia campaña que se está llevando a cabo contra Volkswagen es para perjudicar al mejor racionalizador del mundo", en referencia a López de Arriortúa, actual jefe de compras del grupo alemán. El directivo alemán afirma también que si se ha iniciado "una campaña para cubrirnos de lodo, nosotros tendremos que responder con acciones semejantes".
General Motors y su filial alemana Opel acusaron de espionaje industrial a su antiguo ejecutivo y a los colaboradores que le acompañaron en marzo, cuando fichó por la firma alemana.
La tesis de que General Motors podría haber presionado a Suzuki también ha circulado profusamente en círculos automovilísticos japoneses, según recogen diversos medios de comunicación alemanes.
El presidente de la multinacional alemana no excluye en su entrevista con el semanario Stern que exista "una conjura contra la firma alemana" y sugiere que las cajas con documentos de General Motors y Opel halladas en la viviendas de colaborados de Lopez de Arriortúa podrían haber estado "temporalmente a disposición de nuestro contrario" antes de que fueran entregadas a la policía. El presidente de Volkswagen reconoció que, en el hipotético caso de que fuera declarado culpable su jefe de compras, "lo que no pasará", la situación sería muy grave y señaló que si él y su ejecutivo tuvieran que abandonar Volkswagen "los enemigos habrían conseguido lo que querían, ganar la guerra".
Por su parte, UGT y CC OO exigieron ayer a Volkswagen, propietario de SEAT, la construcción de un nuevo producto para garantizar la viabilidad de la factoría que la empresa automovilística posee en la Zona Franca de Barcelona. Los sindicatos responden de esta manera a la decisión de abandonar el proyecto entre Suzuki y Volkswagen para fabricar un pequeño utilitario en esta factoría.
Los sindicatos pidieron asimismo el cumplimiento del acuerdo alcanzado entre la dirección, el Departamento de Trabajo de la Generalitat y los trabajadores el pasado mes de abril.
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