_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Señoras y señores

Señoras y señores: la ministra de Asuntos Sociales ha enarbolado el hacha de la guerra de los sexos poniendo sobre el campo de Marte un tema capital de nuestro tiempo: por qué a la mujer soltera se le llama señorita y no se le llama señorito al hombre soltero. Grave asunto.Podría preguntarse también, a sensu contrario, por qué cuando llaman señorita a una mujer se hace alusión a su soltería -que, en realidad, ningún mal comporta ni a nadie ofende-, mientras si llaman señorito a un hombre le están dando título de imbécil, o quizá de hijo de Satanás, en otras lenguas denominado señor de horca y cuchillo.

Al idioma se le acusa de machista, mas no parece que se encuentre en ese caso el término señorita. En realidad vino a sustituir con delicadeza otras voces que con el paso del tiempo adquirieron connotaciones peyorativas; por ejemplo, moza, que ya sólo se emplea en sus acepciones de rusticidad y lozanía, o manceba, que sobreentiende concubinato, asimismo llamado lío, apano o estar abrochao. Existen, sin embargo, palabras unívocas que, siendo de culto origen, limpio significado y arrobadora eufonía, decayeron inexplicablemente, como célibe. Y podríanse restituir al acervo popular, con un poco de buena voluntad. Claro que allegando el oportuno toque feminista, pues la mujer moderna y reivindicativa jamás querría ser llamada célibe, sino céliba; igual que tampoco quiso ser ministro, sino ministra; ni juez, sino jueza; ni nada que no acabe en a.

Y para completar en el castellano de uso la radical diferenciación de los sexos, todo cuanto se refiera al hombre debería terminar en o. Valga ministro de cumplida muestra; pero, además, no célibe, sino célibo; no periodista, sino periodisto; no juez, sino juezo. Todo lo cual sugiere un servidor sin ánimo de polémica ni ganas de ofender, señoras y señoros.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_