El voto ucedista del PSOE

Entre los comentarios que se han realizado sobre los resultados electorales del 6 de junio se ha afirmado que el Partido Popular había alcanzado el resultado de UCD en 1979 y que el triunfo del PSOE era deudor de una aportación de voto de izquierda. Sin negar la verdad de ambas afirmaciones, pensamos que disimulan un hecho sobre el que queremos llamar la atención.Es cierto que, con el 34,82% de los votos, el Partido Popular queda sólo a dos décimas del porcentaje de UCD en 1979 (35,02), o sea, prácticamente el mismo resultado. Ahora bien, a las elecciones legislativas de 1979 concurrió también el partido progenitor del actual PP, es decir, AP, aunque en esas elecciones como Coalición Democrática, que consiguió el 5,96% de los sufragios. Lógicamente, a la hora de comparar hay que contabilizar este porcentaje, pues corresponde a un electorado del PP, con lo cual obtenemos para 1979 un porcentaje de 40,98, que supera en seis puntos al del PP en 1993. Aun si sumamos a éste el del CDS en las elecciones de ahora -pues ambos se pueden reclamar de la herencia de UCD-, queda a casi cuatro puntos y medio de aquél (36,58 frente a 40,98). Pero es que hay más: en 1979 se presentó Unión Nacional, que consiguió el 2,11% de los votos. En las elecciones de 1993 la extrema derecha no ha conseguido un voto de una mínima entidad. Es posible que el electorado de esta orientación se haya abstenido, pero pensamos que es más probable que haya votado al PP. Con lo cual la diferencia con 1979 se incrementaría en dos puntos más.

Lo anterior nos lleva a una conclusión: que el antiguo electorado de UCD no sólo ha sido recogido por el PP y. en menor medida (en estas elecciones) por el CDS, sino que el PSOE, que captó buena parte de él en 1982, continúa conservando una fracción importante. El destino del electorado de UCD es una cuestión bastante compleja, pues estimamos que también CiU, entre otros, incorporó en su momento parte de él; hay que: recordar que en las elecciones de 1979 CiU sólo obtuvo el 2,7% de los votos (la mitad más o menos de su porcentaje actual), siendo sobrepasada en Cataluña por UCD (ésta, 19,42%; aquélla, 16,44%). Que una parte del electorado de UCD que votó al PSOE en 1982 continúa votándolo puede explicar la diferencia entre el bloque de derecha y centro y el de izquierda en 1979 y 1993. Así, en 1979 la suma del voto de Coalición Democrática (AP) y de UCD era prácticamente igual a la suma del voto del PSOE y PCE (40,98 frente a 41,29). Mayor si se incrementa el primer bloque con el voto, de una parte, de Unión Nacional, y de otra, de CiU, PNV y Partido Andalucista, es decir, el espectro que va de la extrema derecha al centro, que, sumado, representa el 49,12% (sólo hemos tenido en mente los partidos que superan el 1%). Hoy, por el contrario y teniendo en cuenta los mismos bloques, la suma del voto del PSOE e IU representa el 48,25% frente al 43,17% representado por la adición de PP, CiU, PNV, CDS y PA. O sea, la situación se ha invertido. Se dirá que había que adicionar al voto del bloque centro-derecha el de ciertos partidos regionalistas (tampoco tenidos en cuenta en el cómputo de 1979), pero su incorporación no alteraría la mayoría del bloque PSOE e IU.

¿Dónde se localizaría, a qué sectores pertenecería ese electorado ucedista que retiene el PSOE? Decimos ucedista más que centrista, pues no es seguro que fuese de esta orientación aunque votase UCD. En todo caso, hay algunos datos significativos que pueden ayudar a la localización de ese electorado ucedista de 1979 que hoy vota al PSOE. Así en lo que concierne a Andalucía, gran vivero de votos y diputados para el PSOE (casi el 25% del total de estos últimos), de tal modo que la diferencia entre el número de diputados del PSOE y el del PP viene a coincidir con su diferencia en Andalucía (18 de diferencia general, 17 en Andalucía). Hoy el voto del PSOE en la región supera el 50% de los sufragios, con cuatro provincias en las que sobrepasa la mayoría absoluta y cuatro en que la roza. En cambio, en 1979 el voto del PSOE en Andalucía representaba un tercio (33,58%), y más o menos (con excepción de Jaén) era ésa la media en cada una de las provincias. Ciertamente superior al de UCD, pero sólo en dos puntos porcentuales, mientras que hoy la diferencia entre el PSOE y el PP, aunque se haya reducido, es grande, no alcanzando el PP en ninguna de las provincias, excepto en Málaga, el porcentaje de UCD. La distancia sería mayor si se contabilizase en 1979 -como se debería hacer- el voto a Coalición Democrática, etcétera. En 1979 se dio en Andalucía, un importante voto al PSA-PA, que arrancó votos al PSOE y a UCD respecto a 1977, así como el voto del PCE superó porcentualmente al alcanzado por IU en 1993. El descalabro del PA y el retroceso de IU parece, en términos globales, haber beneficiado al PSOE, pero éste conserva además una fracción del antiguo voto ucedista habida cuenta que el porcentaje del voto PP en 1993 en Andalucía queda por debajo porcentualmente de la suma del voto de Coalición Democrática y UCD en 1979.

Como elemento de contraste está la Comunidad Autónoma de Madrid, en la que la suma del voto del PP y del CDS en 1993 supera en porcentaje, aunque ligeramente, a la suma del voto de UCD, Coalición Democrática y Unión Nacional en 1979 (46,88% frente a 46,72). Es verdad que, a diferencia de 1979, en que se daba un virtual empate con el bloque PSOE y PCE (la suma de éstos representaba el 46,97%), hoy este bloque alcanza en la región madrileña el 49,50% sobre la base de un incremento, respecto a 1979, de un punto y medio por parte del PSOE y de uno por lo que respecta a IU.

Queda pendiente la pregunta de los sectores sociales a que pertenece ese antiguo electorado ucedista que conserva el PSOE. Una indicación al respecto la constituye el hecho de que la relación voto PP voto PSOE sea más favorable en las capitales de provincia queen las provincias, aunque hay que recordar que en esta segunda categoría entran desde áreas metropolitanas de población industrial y de servicios hasta zonas de carácter agrícola.

En conclusión, nos parece que hay que matizar las afirmaciones de que el PP ha alcanzado los resultados de UCD en 1979 y que el triunfo del PSOE se debe a la aportación del voto de izquierdas (abstencionistas, potenciales votantes de IU).

es profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid.