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La piqueta da cuatro meses de respiro a la escuela de baile flamenco Amor de Dios

Juan Carlos Sanz

Las castañuelas volvieron a repicar ayer, después de un semana de silencio, en la calle de Amor de Dios, 4. Como este vetusto edificio del distrito Centro amenaza ruina, la empresa inmobiliaria que lo compré el pasado mes de marzo pretende desalojar a sus inquilinos para rehabilitarlo. Y venderlo en lotes de apartamentos, claro. En los últimos 30 años ha alojado en su planta baja a la principal escuela de baile flamenco de Madrid: 26 profesores y 600 alumnos. Ante el desahucio de los bailaores, la Comunidad de Madrid ha conseguido prorrogar durante cuatro meses las clases en Amor de Dios.Mientras llega la piqueta, las asociaciones y peñas flamencas buscan otro local para que la academia perviva.

El viceconsejero de Educación y Cultura, Ramón Caravaca, y el director de la empresa propietaria del inmueble -Metaltrade, SA-, José Manuel Pombo, suscribieron al mediodía de ayer un acuerdo para que la escuela de baile siga abierta hasta el próximo 25 de noviembre. Los bailaores dejarán libre entonces el edificio.

La Comunidad barajó en un principio ofrecer a profesores y estudiantes unos locales en una nueva estación de metro, en la prolongación de la línea 1 por Vallecas. Sin embargo, la Comunidad se plantea ahora asignarles un local del Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima), también en Vallecas, aunque se tendrán en cuenta las posibles ofertas que presente la concejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre.

La Federación de Entidades Flamencas, que agrupa a 27 asociaciones y peñas madrileñas, se encargará mientras tanto de gestionar la academia de Amor de Dios. Su presidente, Joaquín San Juan, asegura que se van a mantener las mismas tarifas para los profesores que imparten allí sus clases de baile.

"Los ingresos se destinarán a cubrir los gastos de mantenimiento y de personal, y lo que sobre se reservará para la nueva escuela", explica San Juan. Su primera preocupación será recuperar la línea de teléfono para Amor de Dios, con el mismo número que figura en las agendas de todos los empresarios del espectáculo. Pero también tendrá que reponer los espejos de las salas de baile que fueron destrozados el pasado día 22, cuando se desalojó la academia.

A la una en punto de la tarde de ayer entraban en Amor de Dios los primeros alumnos, vestidos ya con sus mallas, y los veteranos profesores, que blandían el bastón con el que marcan los pasos de danza. "Bien está lo que bien acaba", sentenciaba un aficionado al flamenco mientras festejaba con un vaso de vino fino la reapertura de Amor de Dios.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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