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Una de las víctimas de los atentados sigue "muy grave"

La aparejadora Carmen Redondo Prado, de 28 años, continuaba ayer "muy grave", según el parte médico difundido por el hospital en el que fue ingresada, el Gregorio Marañón, de Madrid. Aunque permanece estable, sus lesiones presentaban riesgo de complicaciones. El resto de los siete heridos, entre ellos los tres niños a los que alcanzó el primer coche bomba, se recuperaban favorablemente. María Gabriela del Cañizo, de 15 años, abandonó la unidad de reanimación.

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La principal preocupación del equipo médico que atiende a Carmen Redondo era la de evitar que se infectaran las diversas quemaduras que sufrió en amplias áreas de su cara y su cuerpo. Redondo resultó herida en el segundo de los atentados perpetrados el lunes por ETA en Madrid.

María Gabriela del Cañizo y su hermana Juana, de ocho años, evolucionaban satisfactoriamente, aunque su estado seguía grave. María Gabriela, cuyo pronóstico ha dejado de ser muy grave, abandonó a última hora de ayer la unidad de reanimación del Gregorio Marañón. Juana permanecía en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital de la Princesa. Ambas fueron alcanzadas por el primer coche bomba, cuando esperaban la llegada del autobús escolar a la altura del número 61 de la calle de Joaquín Costa.

María Antonia Mezquita, de 19 años, que acompañaba al niño Luis Gabarda, de ocho, a la parada del autocar escolar en Joaquín Costa, evolucionaba con normalidad en el hospital de la Princesa, aunque continuaba grave. El estado de Gabarda presentaba una notable mejoría y ha dejado de ser grave.

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Fernando Flórez, de 39 años, y Matilde Cuellas, de 49, que se restablecían en la UCI del sanatorio San Francisco de Asís, mantenían estables sus constantes vitales y se hallaban conscientes. En las últimas horas de ayer experimentaron leves mejorías. Su pronóstico era grave.

El diplomático Miguel Albero, de 26 años, se reponía satisfactoriamente en el Gregorio Marañón de las lesiones que le causó el segundo coche bomba. Albero sufrió graves heridas en la tibia izquierda y en la región glútea, que le impedirán incorporarse el próximo julio a su destino en la Embajada de España en Senegal.

Casimiro Rodríguez, de 73, abandonó ese hospital ayer por la mañana. Con Rodríguez, son ya 18 los heridos en los atentados que han sido dados de alta.

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