Asturiana de Zinc vuelve a duplicar su capital para evitar el cierre de la empresa
Asturiana de Zinc (AZSA), filial de la Corporación Industrial de Banesto, volverá a duplicar su capital social, según decidió ayer la junta general de accionistas de la compañía. Francisco Javier Sitges, presidente de Asturiana, dijo que esta nueva ampliación, por valor de 15.400 millones de pesetas, "es la única solución Dara AZSA".
La ampliación, por 15.400 millones de pesetas (a razón de una por una nueva por cada dos antiguas) pretende mejorar la situación de tesorería de la empresa, reducir su deuda (36.000 millones de endeudamiento medio en 1992) y aliviar las cargas financieras. Con esta decisión se quiere también salvar el imperativo legal de reestructuración del capital en un momento en el que la relación de fondos propios a capital social es menor del 50%. Tras la ampliación, este ratio pasará al 68,5%.El desplome de los precios del cinc en el mercado internacional durante los últimos ejercicios, y que ha sido deteriorándose en lo que va de año, como consecuencia de las prácticas de dumping (vender, a precios inferiores al coste de producción) de los productores del Este europeo, ha llevado a la empresa asturiana a poner en marcha un plan de medidas urgentes para la reducción de costes. La empresa contempla jubilaciones y regulaciones temporales de empleo, y retrasos en los pagos a la Seguridad Social, a Hacienda (por el IRPF) y a los proveedores.
Cuando se consuma la ampliación en septiembre próximo, AZSA habrá cuatriplicado en dos años su capital social. En 1992 amplió de 7.700 millones de pesetas a 15.400 millones de pesetas para el saneamiento financiero. Ahora pasa de 15.400 a 30.800 millones. La Corporación Industrial Banesto, que controla casi el 60% de Asturiana, se comprometió ayer a asumir la parte correspondiente de la ampliación, lo que le supondrá una aportación de fondos de unos 10.000 millones.
AZSA, aunque obtuvo el año pasado un resultado operativo favorable (1.624 millones de pesetas), cerró el ejercicio con unas pérdidas antes de impuestos de 14.324 millones de pesetas, un 54,4% superiores a las de 1991. El resultado final negativo fue de 9.342 millones, un 59,4% más que el año anterior.
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