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"El señor trabajador"

La espiral falta de inversión, dinero caro y ahorro insuficiente que explica el clima de recesión industrial en los países desarrollados, debe invertirse en sus términos a juicio del directivo de Amorebieta (Vizcaya)."Hasta este momento, el mundo industrial ha vivido de la idea convencional de que el coste es la diferencia entre el precio y el beneficio, cuando en realidad el precio no es más que una expresión del mercado a la que deben adaptarse el resto de factores", dice Arriortúa.

En los últimos tres meses, los retos que se ha propuesto al frente de la división de compras del grupo Volkswagen están haciendo añicos el concepto japonés de la mejora continua en la producción (kaisen). La receta Arriortúa habla con sinceridad del socorrido concepto de la tercera revolución industrial como un movimiento en la sociología productiva con dos grandes protagonistas: "El señor trabajador y el señor cliente".

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En la difícil situación del mercado del automóvil en Europa, las diferentes marcas del potente grupo alemán -Audi, Volkswagen, Seat y Skoda- "admiten muy pocos niveles de decisión burocrática porque vencer una crisis exige dar el protagonismo a la creatividad del señor trabajador".Arriortúa está convencido de que el éxito de una compañía o de un país está en el espíritu de los hombres y en su capacidad para aceptar la realidad que les toca vivir en cada momento. Lo sentencia así: "Tenemos dos alternativas, o bien admitir la crisis como pretexto y subir los precios; o bien, crear valor añadido para ofrecérselo al cliente. Lo segundo nos salva y lo primero nos condena".

La lucha antijaponesa de Superlópez tiene sin duda referencias implícitas pero silenciosas a la conflictiva práctica del dumping de algunos productores del sureste asiático. "¿Qué pasa con Corea?". "Pues que los coreanos, que producen siete millones de coches y absorben en su mercado sólo un millón y medio han tomado a Europa como el target (objetivo) de su industria".

No cae, sin embargo en la concepción de que los altos salarios rebajan la competitividad de la industria europea. Para Arriortúa "este razonamiento es equivocado porque a la hora de reducir costes el salario no es el factor determinante; mucho más importante es el tiempo que se tarda en construir, es decir la productividad". Mejorar productividad para disminuir costes; reducir costes para liberar ahorro y liberar ahorro para incentivar la inversión. Filosofía Arriortúa.

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