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Un gran plan de seguridad incluye el corte del tráfico en el centro financiero de Londres

Enric González

Los terroristas han conseguido su objetivo: plantar la semilla del miedo en pleno centro de Londres. Las dos grandes explosiones que devastaron la City londinense, en abril de 1992 y en abril pasado, han forzado la creación de un plan de seguridad que incluye la prohibición del tráfico privado y el establecimiento de controles permanentes en las calles. La muralla en torno a la City estará lista en diciembre. Las 500.000 personas que trabajan en la milla cuadrada tendrán, en cada control, un recordatorio permanente de la amenaza que pende sobre cada una de ellas.La Corporación de Londres, que dirige los destinos de a City, cree que una tercera salvajada del Ejército Republicano Irlandés (IRA) podría afectar muy gravemente el futuro de esa pequeña y riquísima área, que cuenta con la mayor densidad mundial de bancos por metro cuadrado y donde se mueve cada día una quinta parte de todo el dinero del planeta. Inmediatamente después de que hiciera explosión el último coche bomba se puso a pensar en soluciones. Y no ha encontrado otra que el bunker.

La principal medida de seguridad será la creación de una gran zona peatonal inspirada en la que existe ya en Belfast. La extensión de esa zona aún no está decidida: los técnicos de la Corporación son partidarios de limitarla al núcleo de la City (Banco de Inglaterra, Torre Natwest, la Bolsa y el edificio Lloyd's), pero numerosos banqueros exigen que cubra por completo la milla cuadrada. Sólo autobuses y taxis podrán circular por la zona, junto con un limitadísimo número de vehículos privados provistos (de una autorización especial. '

El acceso a la City será vigilado desde seis puestos de control. La policía dispondrá también de un circuito cerrado de televisión con el que podrá observar cada una de las calles. La supresión del tráfico no ha de constituir, en principio, un gran problema para quienes trabajan en la zona, ya que un 90% utiliza el transporte público.

Pero el cerrojazo complicará enormemente el tráfico general en Londres. Los vehículos que se muevan entre este y oeste de la ciudad tendrán que dar un largo rodeo y saturarán las zonas limítrofes a la City, como Islington o Hamlet Towers. Esos efectos secundarios del plan de seguridad "deberán consultarse a los ciudadanos y negociarse entre todas las administraciones implicadas", admite la Corporación.

Algunos aspectos del plan han sido ya puestos en práctica. En estos momentos no queda ni una sola papelera en la City. Han sido retiradas, igual que lo fueron del metro hace años, para evitar la colocación de bombas en ellas. Científicos del Ministerio del Interior trabajan en el diseño de una papelera antibomba. El funcionamiento de tal receptáculo permanece en secreto hasta el momento.

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