Julio Anguita se movilizó en el hospital
J. BOIX / J. L. RODRÍGUEZPoco habría creído un dirigente de la izquierda que la movilización fuera eso. De baja por infarto, el coordinador general de Izquierda Unida, Julio Anguita, salió a primera hora de la mañana de ayer de su habitación del Hospital Clínico de Barcelona acompañado por el eurodiputado, médico y su amigo personal Antoni Gutiérrez Díaz. De su brazo, en batín y zapatillas, Anguita cumplió por segundo día consecutivo con lo que el parte médico describe como "programa de deambulación y movilización activa". Lo cumplió, dice el parte médico, sin novedad. "El estado cardiológico y general del señor Julio Anguita es satisfactorio", concluye.
La movilización de Anguita consistió ayer en un leve paseo por los pasillos y la terraza interior del hospital. Tomó el sol, anduvo y bromeó sobre su angina de pecho con una periodista de la agencia Europa Press que le cogió en plena movilización. "Me he tomado la política muy a pecho", bromeó Anguita. Los médicos recomendaron al paciente y a sus familiares que mejor sería no seguir en directo por televisión la noche electoral.
El primero en votar
El coordinador de IU siempre era el primero en votar en una de las mesas electorales del colegio San Lorenzo, en el barrio cordobés de La Magdalena, donde se crió, creció, vio nacer a sus hijos y se hizo alcalde de Córdoba en 1979. Ahora le correspondía votar en el colegio Enríquez Barrios, en el barrio de Ciudad Jardín, donde figura empadronado después de levantar su casa de siempre en la calle Polichinela.
En esta ocasión, y en la mesa A de la sección séptima del colegio Enríquez Barrios, ha sido Francisca Agredano, auxiliar de clínica, quien ha votado primero. Agredano se sorprendió de que el fotógrafo la retratase mientras emitía el voto. Al conocer que ella ocupaba el puesto de Anguita dijo: "No me diga usted eso; se me pone la carne de gallina".
"Me dí cuenta de que era peligroso viajar hasta Córdoba para votar y hacerlo de forma simbólica aquí me parecía un absurdo", declaró ayer Anguita. "Meterme en una ambulacia para ir hasta tan lejos parecería una película de Joselito".
Al Hospital Clínico siguen llegando ramos de flores. Claveles rojos, rosas. Habrán llegado más de doscientos ramos. Y muchos telegramas. "Siento no haber podido leer todas las cartas, pero cuando regrese a mi hogar me dedicaré a hacerlo y estoy seguro de que me encantará", dijo el interesado. "¿No habrá vuelto a fumar?", le preguntó Europa Press. "Qué va. Hace ocho días que no tengo ni ganas".
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