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Bruguera derrota a Sampras y alcanza las semifinales

Llegó el momento de soñar. "¿Soñar? ¿Con qué?", advierte Sergi Bruguera con precaución. Ni caso. ¿Cuándo había tenido el tenis español un semifinalista en cada cuadro, el masculino y el femenino, de un torneo del Grand Slam? Nunca. Pues a soñar. Bruguera alcanzó ayer a Arantxa Sánchez y se clasificó para las semifinales de Roland Garros al derrotar al actual número uno mundial, el estadounidense Pete Sampras, por 6-3, 4-6, 6-1 y 6-4 en 2h 32m. Desde 1983, con José Higueras, el tenis español no disfrutaba un momento tan dulce en un lugar tan especial.

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La victoria de Bruguera tiene un valor incalculable, pero no por haberse producido ante el número uno -ya lo derrotó en Düsseldorf hace unos días y en 1990, también en París, firmó una hazaña similar ante el sueco Stefan Edberg, el dos entonces, sino porque da la medida de sus posibilidades.La ventaja de Bruguera era sólo una: el norteamericano procede del tenis explosivo, de la jungla del saque-volea, y en la tierra batida padece el síndrome de la impaciencia, común en el club de los bombarderos. Así, su objetivo sería desquiciarlo. Si se iba atrás, mantener el peloteo largo y abierto. Si osaba acercarse, superarle con el margen que da poseer un mejor juego de fondo. Bruguera amarró lo positivo, despejó lo negativo y rubricó su mayor éxito hasta ahora en el Grand Slam.

El primer set fue un aviso esperanzador. Bruguera se lo adjudicó al romper el saque de Sampras en el séptimo juego y el noveno y superando dos pelotas de break en el cuarto. Sampras concluyó el parcial sin saber cómo jugar. Buen síntoma. El segundo tuvo un giro inesperado. El catalán se había puesto con 3-0 y parecía dispuesto a decidir pronto. Sin embargo, Sampras comenzó a meter el primer servicio y su derecha empezó a lamer las líneas. Rompió en el séptimo, repitió en el noveno y machacó en la tercera bola de manga de que dispuso. Mala cosa: una hora y media de esfuerzo y el partido seguía en tablas.

La reacción de Bruguera fue soberbia. Sólo 22 minutos necesitó para marcar el 6-1. Fue un set impresionante. Sampras se divorció de su saque y comenzó a discutir con el viento. Bruguera, a lo suyo, que era servir bien, restar mejor y evitar cualquier aproximación del rival a la red.

El rival de Bruguera no pudo conocerse ayer. El partido entre Stefan Edberg (Suecia, 3º) y Andrei Medvedev (Ucrania, 11º) fue interrumpido por la lluvia y se reanudará hoy. Dominaba el ucraniano por 6-0 y 5-5, con 30-0 y servicio en su poder. La otra semifinal la disputarán mañana Jim Courier (EEUU, 2º) y Richard Krajicek (Holanda, 12º).

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