"Quien lo ha hecho, que lo pague"
La familia del presunto homicida de la niña de Bilbao pide que el crimen se aclare pronto
"Quien lo ha hecho, que lo pague... sea quien sea", dijo Juana, la madre de Ángel López al conocer la detención de su hijo en Almorox (Toledo), acusado de ser el homicida de su prima Henar Escudero, de 12 años. A las 24 horas de que la Guardia Civil pusiera fin a la huida de López, la familia pedía que "la verdad se aclare cuanto antes".
"Estamos en vilo, nadie ha podido hablar con él. No sabemos si realmente se ha declarado culpable ni los resultados de la autopsia", indicó una amiga de la familia. "Son dos desgracias juntas, lo de la niña y ahora esto", añadió. Los padres de Henar y Ángel son hermanos y hasta ahora mantenían unas estrechas relaciones. El detenido fue trasladado ayer desde Toledo a Bilbao, donde permanece a la espera de ser interrogado por el juez Ramiro García de Dios.El hermano mayor de Henar, Salva, un muchacho de 19 años que cumple sus primeros meses de mili, seguía ayer junto a su madre, Bonifacia López, en el domicilio familiar del barrio de La Peña, casi donde acaba Bilbao y empieza el término municipal de Arrigorriaga. "Estamos deshechos", decía. La contestación a cualquier pregunta era automática: "La policía nos ha dicho que no hagamos declaraciones". Desde que Ángel llamó el pasado lunes, poco antes de iniciar su huida, no han mantenido contacto alguno con él.
"Por el momento es imposible hablar con Ángel, pero quiero que me diga la verdad, que se sepa lo que ocurrió. Y punto", indicó Salva taxativamente.
Pocas horas después de ser hallado el cadáver de la niña -con signos de estrangulamiento y lesiones en la cabeza-, Angel López desapareció. Su huida, cuando viajaba acompañado de sus familiares a Bilbao para consolar a su tía, le convirtió en el centro de las investigaciones policiales que buscaban al culpable de la muerte de Henar.
La última llamada
El primo de Henar, había hablado con ella por teléfono y sabía que se encontraba sola en casa el domingo por la noche. Ella misma se lo contó a su madre en la última comunicación que mantuvieron, horas antes de que Henar abandonara la casa a donde nunca regresó. A primeras horas de la tarde del lunes, el cadáver de la pequeña fue hallado en el monte Pagasarri, de Bilbao. López no es muy conocido en Amorebieta, un pueblo de 15.000 habitantes. Demasiada gente para que destaque un chico "tímido y reservado", como le retratan las personas cercanas a su familia. Es un joven de 27 años, pelo rizado, mediana estatura y complexión fuerte, que usa gafas graduadas y que estudió Formación Profesional. Es electricista, pero desde hace un año se encuentra en paro.
"No es un chaval muy sociable", indicaba un veinteañero que vive cerca y sólo le conoce de vista. "Habíamos comentado que solía estar varios días sin salir de casa y luego cogía el coche y se iba por ahí. Pero estas cosas nadie las puede imaginar hasta que salen en los periódicos" añadió sin referirse directamente a las circustancias que rodearon el asesinato de Henar. El padre de Ángel explicó que hace siete años, al terminar el servicio militar, su hijo había tenido problemas nerviosos, de los que se recuperó, después de recibir tratamiento ambulatorio.
Un matrimonio emigrante
El presunto homicida es el hijo mayor de una pareja procedente de Ciudad Real, que se había trasladado a Vizcaya antes de contraer matrimonio. El matrimonio y sus dos hijos varones viven en un piso al que se mudaron hace poco más de tres años desde otra vivienda del mismo barrio, justo al lado del cementerio del pueblo. El padre, de nombre Ángel, como su hijo mayor, ya no trabaja: la jubilación le llegó anticipadamente por culpa de la crisis económica.
Una vecina de Amorebieta, donde vive la familia López, recuerda que Ángel "es un chico normal, de una familia muy maja, sin grandes problemas, en la que los padres quieren con locura a sus hijos y ellos a sus padres". Apesadumbrada por la noticia de la confesión, confiaba en que disminuya pronto la atención de los periodistas, sobre unas personas que conoce desde "hace por lo menos 20 años".
"Juana es una mujer sencilla que siempre ha dicho que no hay derecho a que ocurran cosas, como lo que ahora le ha pasado a su sobrina", subrayó la vecina.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.