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"Han asesinado a Yugoslavia"

El periodista Erol Colákovich se exilia en Barcelona para no ver morir a su país

Llego a Barcelona hace dos meses con un único bagaje: el recuerdo del horror de la guerra. Atrás quedaron familia, amigos, pertenencias y, sobre todo, una carrera profesional por la que siente verdadera pasión: el periodismo. Erol Colákovich (Sarajevo, 1956) decidió abandonar su trabajo en la televisión de Belgrado y salir del país ante la evidencia de que la Yugoslavia que él amaba había muerto. "Los nacionalistas han asesinado Yugoslavia y pretenden demostrar que la coexistencia no es posible, cuando los grupos étnicos y religiosos han convivido sin fricciones durante años".Su historia, dice, es la de montones de yugoslavos que "ni mental ni físicamente" han querido participar en una guerra que no entienden. De origen musulmán, Colákovich recuerda su infancia en Sarajevo como una etapa muy feliz. Tanto él como su hermano, explica, fueron educados "como yugoslavos". Sus compañeros eran judíos, católicos, ortodoxos y musulmanes. "Éramos iguales, todos éramos personas. Sólo existía una diferencia: había chicos y chicas". "Si no, ¿cómo podría explicarse que haya actual mente tantísimos matrimonios mixtos?", insiste. Él es un claro ejemplo de esta armonía: su esposa es serbia, de Belgrado. Para las familias de ambos, relata, "nuestra unión fue normal".

Su vida profesional se ha desarrollado en todos los ámbitos de la información. Aunque estudió Derecho, en 1977, apenas acabada la carrera, descubrió el periodismo. Entró a trabajar en Radio Sarajevo y colaborá en varios periódicos. En 1978, empezó a interesarse por la imagen y estudió cine y fotografía en Zagreb. Obtuvo el título en 1985 y se incorporó a la televisión de Sarajevo, donde dirigió y realizó más de 100 reportajes. Antes, en 1979, había participado en la aparición de uno de los primeros periódicos libres de Yugoslavia, Mladina. Tiene en su haber varios premios, entre ellos el Ondas en España, que le fue entregado en Barcelona en 1988 por un reportaje sobre el sida. En 1990, ingresó en la televisión de Belgrado, en la que ha colaborado hasta ahora.

A principios de este año, cuando la situación se le hizo insostenible, decidió exiliarse. Y eligió Barcelona, cuenta, porque creyó que "el temperamento mediterráneo es muy parecido al de la antigua Yugoslavia en paz". En esta ciudad fue acogido por el Colegio de Periodistas y varios colegas le han ofrecido su hogar hasta que pueda instalarse por su cuenta. Mientras, asiste con su esposa a clases de español.Sobre la situación de los medios de comunicación en Bosnia, Colákovich explica que la televisión no funciona "porque no hay electricidad". Tampoco hay teléfono ni correo. La radio se nutre básicamente de las informaciones que transmiten los radioaficionados. Y el único diario que se ha publicado hasta ahora es Oslobodenje (Liberación). Aunque su edificio quedó destruido, unos trabajadores se mudaron a la antigua imprenta, en el sótano del inmueble arrasado, y allí llevan a cabo su labor.

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