_
_
_
_
ELECCIONES 6 DE JUNIO

Garzón y Serra indican a los corruptos la puerta de salida

LUIS MAURI, "¡Esto es un secuestro de la política!". Había llegado Baltasar Garzón ayer a Albacete ansioso por sacarse la espina de los ataques recibidos desde que aceptó la oferta de Felipe González para incorporarse a la candidatura del PSOE. Y se la sacó. En su bautismo de fuego en las lides mitineras, afirmó que en sus detractores anida "la voluntad de unos pocos de secuestrar la política y reservarla para ellos". Garzón, que compartió cartel con el vicepresidente del Gobierno, Narcis Serra, reclamó que los corruptos "sean desterrados de la polític0. Serra sancionó esta reclamación: "Los que se hayan acercado a la política para aprovecharse, ya saben dónde está la puerta de salida".

Más información
Toreo de salón

El presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, apadriné de nuevo ayer a Garzón. Esta vez no fue ante Felipe González, sino ante las 5.000 personas que abarrotaban el polideportivo del Rabo de la Sartén, en Albacete. Bono presentó al candidato independiente como "un hombre eficaz, realista, solidario, progresista; uno de los nuestros". Y las 5.000 personas, que contra lo que pudiera aparentar la gran pancarta de las Juventudes Socialistas tensada frente al escenario, eran jubilados en su inmensa mayoría, rompieron en vítores.El magistrado había esperado la llegada de ese momento sentado junto a Serra. Muy atento a la actuación de los oradores que le iban precediendo en el estrado, con el semblante serio, tenso, diríase que circunspecto, ahora juntaba las manos, ahora las separaba, luego cruzaba las piernas, al instante las destrababa, se acariciaba una ceja, se frotaba la frente, consultaba sus apuntes... Y no concedía a sus labios ni una leve sonirisa.

Independiente, no neutral

En eso llegó el momento. Dio tres saltitos para subir al estrado, recibió el abrazo-alternativa de Bono bajo un chaparrón de aplausos, desenfundó sus apuntes y se encaró a los micrófonos y a la multitud. Sin abandonar la seriedad en el semblante, Garzón no dio un mitin. Consciente de que él era el centro de la atención de uno de los mayores despliegues peiriodísticos jamás vistos en la provincia de Albacete, según reconocería el propio Bono, Garzón se entregó a hacer una justificación pública de su decisión de cambiar la judicatura por la política.

Reiteró hasta la saciedad su condición de independiente, aunque se cuidó bien de precisar que "ser independiente no significa ser neutral en la disyuntiva entre progreso y conservadurismo". "Yo", agregó, "apuesto por la idea de progreso que patrocinan Felipe González y el Partido Socialista". Garzón se declaró sorprendido por la "hipocresía" de los que antes le elogiaban con entusiasmo y ahora sólo ven en él un "compendio de desastres". "Detrás de esas críticas se esconde una voluntad de secuestrar la política y de despreciar la participación democrática".

El número dos por Madrid animó a los ciudadanos a reivindicar la participación en la acción política, recordó sus propias discrepancias con algunas medidas del Gobierno socialista, elogió "el coraje político" de Felipe González al haber incorporado a independientes en las listas del PSOE y reclamó el destierro de la vida política para los corruptos. Los vítores retumbaron de nuevo, pero Garzón ya no era el mismo que aquél que había subido al escenario minutos antes. Los músculos de la cara se habían rendido y la sonrisa de las fotos había reconquistado su rostro: ya se había sacado la espina. Volvió a su silla mientras Serra ocupaba su lugar en el atril y, como si se hubiese liberado de un peso agobiante, se sentó relajado y sonriente.

Serra abundó en los ataques a los corruptos, a quienes indicó el camino de salida de la vida política. "No daremos tregua a la lucha contra la corrupción; daremos ejemplo pero también exigiremos transparencia a los demás", advirtió. También celebró el "coraje político" de los independientes que se han incorporado a las listas del PSOE e hizo un llamamiento para impedir la "marcha atrás" del PP.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_