Gonaález compara a Aznar con un robot

LUIS R. AIZPEOLEA, El presidente del Gobierno, Felipe González, acusó ayer al presidente del Partido Popular, José María Aznar, de actuar como un robot. "Cuando veo cómo actúan algunos responsables de la derecha, me parecen un robot. Dicen lo que les han dicho los especialistas que digan. Tienen poca capacidad de decir lo que se lleva en el alma añadió. El máximo líder del PSOE llenó la plaza de toros de Alicante, en la que no había comparecido desde 1982, como primera etapa de un fin de semana de vértigo que continuará en Almería y Santander.

González, en esta precampaña reparte abrazos, estrecha manos y acaricia niños. Se deja zambullir en el baño de masas y da rienda suelta a la emotividad de sus seguidores. Quizás para recuperar de forma expresiva ese aislamiento de la sociedad del que se responsabiliza y responsabiliza a su partido. "Cuando un partido se cierra, debe abrirse a codazos. El partido no debe encerrarse en sus locales", señaló ayer.En Alicante, sus habituales ataques a la derecha -ya no existe el PP en su terminología fueron más breves que en Zamora y Badajoz, pero contundentes. "Durante la transición democrática se sembró la tolerancia y el respeto que algunos quieren quebrar. Algunos dicen que si ganan no va a haber revancha. Revancha, ¿de qué?", dijo.

González volvió a reivindicar el papel progresista desempeñado por Adolfo Suárez y acusó a la derecha de su derribo. "Respeto a Adolfo Suárez igual que él a mí. Lo podrá confirmar en cualquier momento. A Suárez lo echaron ellos, no nosotros". Y a renglón seguido señaló quiénes eran "ellos": "Algunos de los que colaboraron para echarle están en el PP. Con el tiempo cada uno se coloca en su sitio".

En términos duros, el presidente del Gobierno retó al PP a que se defina: "Hay una campaña de la derecha que dice que no hemos hecho nada y que ellos van a hacer lo contrario. ¿Qué van a hacer con la sanidad y la educación? Los que están detrás (del PP) ya lo saben. Si van a privatizar la sanidad, que lo digan".

También arremetió González por la utilización que el PP está haciendo de la crisis económica para volverla contra el PSOE: "A esos demagogos que dicen tener soluciones para la crisis cuando ahora no la tiene Alemania ni otros países avanzados, no les hagan caso. En un año ya no hablaremos de la crisis. Ellos saben que las crisis son periódicas y ahora estamos en mejores condiciones de salir de ella que hace 10 años, gracias a la labor que hemos realizado durante este tiempo".

González recurrió a la memoria histórica y reivindicó la herencia política de progreso de figuras como la del ex ministro Francisco Femández Ordóñez y del ministro de Educación socialista de la República Fernando de los Ríos, que fueron citados en medio de ovaciones. No faltó una cita del poeta alicantino Miguel Hernández muerto en las cárceles franquistas: "Gentes de mala hierba nos quieren cerrar la puerta".

Crédito de los ciudadanos

Por la mañana, Felipe González había presentado en Madrid la candidatura del PSOE por esta circunscripción. El cabeza de lista pidió a sus compañeros de cartel -citó a Javier Solana, Baltasar Garzón, Joaquín Almunia y José Barrionuevo- que hagan "un esfuerzo especial" para conseguir "el crédito de los ciudadanos". "Lo podemos conseguir si trabajamos con seriedad", añadió, informa

En un acto extraordinariamente breve, celebrado en un hotel, Felipe González se colocó de candidato madrileño y sólo habló de su comunidad. Las características de Madrid por su capitalidad hacen que las inversiones realizadas "se oscurezcan", según apreciación del candidato socialista.

A continuación, sacó unas notas y leyó las inversiones que se han hecho para demostrar que "la incredulidad" que hay respecto a las inversiones en Madrid no tiene razón de ser. En cuatro años el Ministerio de Obras Públicas y Transportes, y algunas empresas tales como Renfe y Telefónica han invertido 600.000 millones.

Después dijo que el dinero destinado a los trenes de cercanías de Madrid había supuesto "el doble que el AVE". Habló también de viviendas, de la transformación de cuarteles en universidades, como la Carlos III, y de la duplicación en cuatro años del número de profesores de enseñanza pública.