China y Taiwan abren una brecha en años de enemistad

China y Taiwan, que fueron un solo país hasta el fin de la guerra civil de 1949, que culminó con la victoria de los comunistas en el continente, superaron ayer más de 40 años de enfrentamiento al suscribir cuatro acuerdos de colaboración bilateral impensables hace pocos años. Uno de los acuerdos establece mecanismos de comunicación permanentes.

Lo importante de los compromisos logrados no fue tanto el contenido sino el mismo hecho de su firma. Pero las profundas divisiones observadas durante el desarrollo de la reunión demostraron asimismo que la deseada reunificación nacional tardará en llegar.Las conversaciones sostenidas en Singapur por dos asociaciones vinculadas a los respectivos gobiernos se prolongaron una jornada más de las dos previstas al surgir divergencias en la redacción de un texto sobre protección legal de las inversiones taiwanesas en China. El asunto se acabó aparcando.

"El puente construido es histórico para la futura relación", manifestó el jefe de la delegación de Taiwan, Koo Chen Fu, un millonario de 76 años con asiento en el Comité Ejecutivo del nacionalista Kuomintang, partido gobernante en la isla de 22 millones de habitantes, desde su expulsión de China. hace 44 años por la milicia revolucionaria de Mao Zedong. Similar valoración del encuentro efectuó Wang Daohan, estrecho colaborador de Jiang Zemin, secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh).

En Taipei, un portavoz ministerial precisaba el alcance del acuerdo en términos menos optimistas: "Las relaciones entre las dos partes son aún hostiles. La China comunista todavía amenaza frecuentemente con el uso de la fuerza e ignora la existenca de nuestro Gobierno".

Los acuerdos de Singapur, cuya rúbrica fue televisada en directo por Taiwan, inciden en la conveniencia de promover una mayor colaboración económica y cultural; en el intercambio de técnicos; investigadores y periodistas, y establecen claúsulas para la verificación de documentos y entrega de correo certificado. El acuerdo más interesante define las características de los canales de comunicación encargados de mantener los futuros contactos.

Las dos delegaciones, que volverán a reunirse dentro de tres meses, se comprometen a posteriores discusiones sobre repatriación de inmigrantes ilegales, -5.000 con destino a Taiwan en 1992-, piratería, contrabando, disputas pesqueras y salvaguarda de la propiedad intelectual. La reunión habría fracasado de haber insistido Taipei en un acuerdo sobre la protección de inversiones y si Pekín hubiera subordinado la continuidad de las sesiones al levantamiento de la prohibición que impide el tráfico aéreo y marítimo directo entre China y su isla rebelde.

Pero nacionalistas y comunistas coincidieron en que empeñarse en las respectivas tesis impediría la ansiada declaración final, denunciada como "traición" por el partido independentista de Taiwan, que se niega a la reunificación que defienden el Kuomintang y el PCCh.

La isla, arrinconada diplomáticamente al perder su puesto en la ONU en 1971 y el reconocimiento de Estados Unidos en beneficio de China ocho años después, ha pedido reiteradamente al régimen de Pekín que ampare legalmente los más de 7.000 millones de dólares desembolsados, o apalabrados, en inversiones efectuadas a través de terceros países, principalmente vía Hong Kong. Este volumen ascenderá hasta los 10.000 millones en 1994, según datos oficiales.