Detalles para el recuerdo

Entre el contingente de la Agrupación Málaga que ayer regresó a casa se guardan cientos de recuerdos que evocan el carácter humanitario y pacificador de su misión. Como recordó el Príncipe de Asturias, en estos seis meses los soldados españoles han curado enfermos, han convivido con la población civil, con la que incluso han compartido sus raciones, e hicieron que muchos niños tuvieran Navidad a pesar de la guerra. El teniente coronel Armada recordaba, como momento "más emotivo" de estos seis meses, su actuación como Rey Mago, que le permitió repartir unos 2.000 juguetes comprados con parte del dinero asignado a la agrupación.Un legionario de Ronda decía que desde ayer sólo hablará de lo bueno que le ha brindado esta experiencia, recuento en el que incluía por encima de otras cosas las relaciones con la población autóctona y, especialmente, con las mujeres.

Entre los invitados al recibimiento estaba el soldado paracaidista José Felipe Barquero, que aún debe utilizar una silla de ruedas debido a las lesiones que le produjo una descarga eléctrica cuando descargaba un cargamento de sal. José Felipe se confesaba casi más emocionado por el interés que el Príncipe de España mostró por su salud que por la condecoración que ayer recibió.

El balance de la misión apenas ofrece unos cuantos casos más de lesiones. Ayer todos se felicitaban por la falta de bajas, aunque el ministro de Defensa, Julián García Vargas, admitía que la Agrupación Canarias deberá asumir nuevos riesgos dado el recrudecimiento del conflicto.

Las celebraciones del reencuentro se prolongaron hasta la noche. Tras la recepción en el acuartelemiento de la Legión, una delegación del contingente hizo una ofrenda floral a la patrona de Málaga, la Virgen de la Victoria, y al Cristo de la Buena Muerte, protector de la Legión. El programa se cerró con una recepción en el Ayuntamiento de Málaga.