Cuando el mundo fue también indiferente
Rabin y Gore asisten al 50º aniversario del levantamiento en el gueto de Varsovia
Marcados por el dolor y el recuerdo de los seis millones de judíos asesinados durante la Segunda Guerra Mundial , 5.000 judíos, venidos principalmente de Israel, Estados Unidos y Canadá, participaron ayer en la solemne celebración del 50º aniversario del levantamiento en el gueto de Varsovia, una lucha desigual y desesperada en la que un puñado de insurrectos se enfrentó con las tropas de Hitler."No podemos olvidar el pasado, pero miramos hacia el futuro y deseamos un mundo con mejores relaciones entre los hombres", declaró ayer el primer ministro israelí, Isaac Rabin, quien asistió ayer a numerosos actos de las conmemoraciones -patrocinadas por los presidentes de Polonia, Lech Walesa, y de Israel Chaim Herzog-. Rabin llamó asimismo a eliminar "el racismo, fascismo, nazismo" de la vida de las naciones. "Esperamos que lo que ocurrió aquí no vuelva a repetirse nunca más", afirmó tras un encuentro con la primera ministra polaca, Hanna Suchocka.
El levantamiento en el gueto de Varsovia fue la primera rebelión contra la ocupación hitleriana en Europa. En el gueto, cerrado por los alemanes en 1941 con un muro de tres metros de altura y más de diez kilómetros de largo, se hacinaba medio millón de judíos.
En enero de 1942, el alto mando alemán tomó la decisión en Berlín de proceder al Endlosung, el exterminio total de la población judía en Europa. El comandante militar de Varsovia, Jürgen Stroop, inició en julio de 1942 la matanza sistemática de los que vivían en la capital polaca. Entre el 22 de julio y el 21 de septiembre de ese año, 300.000 personas murieron en las cámaras de gas de Treblinka.
Según Marek Edelman, el único de los dirigentes del levantamiento todavía con vida, quien habló con EL PAÍS en vísperas del aniversario, en la lucha participaron poco más de 200 jóvenes que se defendieron contra 2.000 soldados de la Wermacht alemana hasta el 10 de mayo. Ese día, un grupo de 40 insurrectos rompió el cerco por las alcantarillas. Fueron los únicos supervivientes. El paso del tiempo hizo que ayer sólo pudieran acudir seis de ellos.
También asistieron la presidenta del Bundestag alemán, Rita Suesmuth, y el vicepresidente de EE UU, Albert Gore. Tras su entrevista con Walesa, Gore fue preguntado sobre los posibles paralelos entre la indiferencia del mundo ante el holocausto y la inoperancia de Occidente ante lo que está ocurriendo en los Balcanes. Gore subrayó que "EE UU insiste en el endurecimiento de las medidas" (contra la nueva Yugoslavia).
La indiferencia del mundo fue el tema central del descubrimiento del monumento a Szmul Zygielbojm, el representante judío ante el miniparlamento polaco en el exilio en Londres. Zygielbojm se suicidó el 12 de mayo de 1943 para protestar contra "la pasividad con la que el mundo permite el exterminio del pueblo judío".
Este aniversario despertó escaso interés entre la población de Varsovia. El domingo, un grupo de 70 neonazis intentó organizar una manifestación contra "el poder judío". Las ceremonias estuvieron acompañadas del despliegue de 1.800 agentes de seguridad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.