Aznar arremete en su primer mitin contra "el uso de los resortes del Estado" para frenar a su partido
José- María Aznar inició ayer por la mañana la campaña electoral en Aranda de Duero (Burgos), rodeado del entusiasmo de sus seguidores, con un mitin en el que en vez de pedir el voto reclamó "ayuda para gobernar España" y advirtió que el próximo Gobierno deberá afrontar una situación muy difícil. El candidato y presidente del Partido Popular arremetió contra el Gobierno, al que acusó de utilizar los resortes del poder, desde la televisión pública a las conferencias de prensa posteriores al Consejo de Ministros, "para tratar de parar" a su partido.
El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan José Lucas, llegó a decir que habría que replantearse incluso la participación en elecciones futuras "si no cambia esa situación intolerable" en un cuestionamiento de la limpieza de las citas electorales que no es inédito en las filas del PP. Aznar protestó por el uso de los resortes "del poder y del Estado para insultar y agredir" y aludió a los medios de comunicación públicos, las comparecencias ante los medios informativos de la ministra portavoz del Gobierno, Rosa Conde, y a "los despachos oficiales". "En vez de emplear todo eso para dar cuenta de su gestión, lo utilizan para tratar de frenar al PP", aseguró. "Que lo usen para explicar qué solución darán a los tres millones de parados".Aznar anunció que "cuando algo está terminado, hay que hablar poco y sustituirlo". En cambio Lucas, que le había precedido en la tribuna del cine donde se celebró el acto, empleó un tono tremendista. "García Candau [director general de TVE] se ha quitado la careta, como la señorita Iglesias befa de Informativos de Televisión Española".
El resto del mitin, al que acudieron más de un millar de personas, estuvo dedicado a los problemas del campo y a lo que Aznar explicó como "pasar la página socialista, no para escribir la página de otro partido, sino la de todos los españoles".
José Emilio Aguirre, presidente regional de la organización agraria ASAJA, mantuvo que el campo entró por la puerta falsa en la Comunidad Europea y que el Gobierno socialista no ha hecho nada para garantizar que los jóvenes puedan seguir viviendo del campo.
Al margen de expresar la irritación de los populares con los telediarios y las ruedas de prensa de Rosa Conde, Aznar evitó los ataques frontales al PSOE, no aludió a la corrupción y ni siquiera pronunció el nombre de Felipe González. El objeto de sus dardos fue el socialismo en abstracto.
"Señores socialistas, se preguntó, "qué han hecho ustedes con tres millones de parados, con las cargas fiscales a las pequeñas y medianas empresas, con la exigencia de más y más impuestos a los ciudadanos, con un gasto que crece como si al final nadie tuviera que pagarlo, con unos agricultores a los que han tratado como trastos viejos o una especie en vías de extinción".
Cosechó fuertes aplausos cuando dijo que el control de la inflación se está haciendo a costa de la reducción de las rentas agrarias y al pedir, poco después, "una política agrícola propia, de defensa de los intereses españoles, en vez del permanente acoplamiento a lo que deciden otros"., Este planteamiento no es aislacionista, explicó: "Aislacionismo es cerrar industrias, vaciar el campo y resignarse a tener tres millones de parados. Eso sí que nos aleja de Europa". El candidato empieza a insistir en que no saldrán de sus labios promesas fáciles. "Al próximo Gobierno de España", advierte, "le esperan momentos difíciles y una tarea muy dura". No hay varitas mágicas y por lo tanto la mejora de la economía y el empleo "no se notarán en 48 horas, pero sí se acabará notando".
Para disipar temores hacia un Gobierno de centro-derecha, Aznar reclama una España "abierta, dialogante y tolerante", que se compromete a mantener la capacidad adquisitiva de las pensiones, elevar la calidad de la enseñanza e introducir nuevas fórmulas de gestión que mejoren la asistencia sanitaria a todos los españoles.
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