La mirada

Escribo para contar la historia de mi amigo Ahmed. Un buen día, como tantos otros, Ahmed dejó Marruecos. Vino a España porque deseaba una vida mejor. Decidió vender en el metro, en las calles... como primer recurso hasta conseguir arreglar su residencia.Han pasado dos años, y todavía vende en el metro. Le espera cada dia una casa oscura, porque nadie se fía de su piel distinta, y parecen pensar que un emigrante puede vivir de cualquier manera. Él aún sonríe con su buena intención intacta: no ha caído en el tráfico de droga, paga religiosamente todo lo que compra, y sigue esperando un cambio en su vida, que alguien se decida a alquilarle una vivienda digna y un trabajo. Los españoles también fuimos en su día distintos, abandonamos nuestro país en busca de una vida mejor.

¿Por qué no nos importa hoy cómo viven los emigrantes en España? ¿Cómo es que decimos que no somos racistas y, sin embargo, jamás alquilaríamos nuestro piso a un emigrante, y jamás seríamos sus amigos?

Ahmed ha escrito esto en silencio, en meditación, para quien quiera leerlo: "He dejado todo de mi vida, las cosas más importantes, como mi familia, amigos, patria, recuerdos de infancia, para poder realizar alguno de mis sueños y cambiar mi vida. Pero veo lo que deseo como si fuese aire que pasa demasiado rápido como para pensar que puedo vivir una vida nueva".

"La mirada de la gente me hace sentir que no quieren extranjeros. Sus ojos me dicen que no tengo sitio aquí. Es sólo una manera de decirme: 'Fuera".-