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Los cargos investigados por corrupción en Italia se ausentan del Consejo Nacional de la Democracia Cristiana

Los ex ministros Paolo Cirino Pomicino, Riccardo Misasi, Gianni Prandini, Gianni Fontana, Giovanni Goria y muchos otros notables de la primera línea de la Democracia Cristiana (DC), como Antonio Sbardella, el ex jefe de la corriente romana de Giulio Andreotti, o el ex secretario administrativo Severino Citaristi, se abstuvieron de participar ayer en la reunión del Consejo Nacional de su partido.

Tales abstenciones fueron consecuencia de un llamamiento de la nueva presidenta democristiana, Rosa Russo Jervolino, quien había pedido por carta que los miembros del consejo implicados en sumarios por presunta corrupción política relacionada con la financiación de los partidos que se autoexcluyeran de participar en él.

"No se trata de una guillotina, sino de un acto de generosidad que yo considero un deber. Un político debe ser más severo consigo mismo que los propios magistrados", comentó ayer Jervolino. La dirigente añadió: "Sé bien que esta iniciativa me cuesta bastantes rencores. Sé bien que hay quien ha intentado obviarla por todos los medios". Varios implicados de menor relieve que los citados participaron de hecho en el consejo e incluso explicaron a los periodistas que sus casos son tan "claros" que su presencia había sido autorizada por la propia presidenta del partido.

La reunión era importante, pues marca un hito en los intentos de reactivación de la DC. El secretario general, Mino Martinazzoli, propuso la próxima celebración de un "congreso constituyente que prepare y ponga en obra el impulso de una nueva experiencia política, aun pagando los precios que deban ser pagados".

Mezcolanza

Pero Martinazzoli, que también afirmó que la DC "no es plaza de poderosos que puedan defenderse con todos los medios del poder", introdujo, sobre todo, una nueva dirección nacional que incluye a sólo 15 miembros, frente a los 32 del pasado. El órgano fue aprobado sin problemas, aunque algunos lo criticaron después como "el pastiche habitual entre las distintas corrientes", mientras otros lo rechazaban como un factor de "destrucción del partido".Por otra parte, en Milán, la magistratura abrió siete nuevos sumarios; entre ellos, los que hacen el número 11 contra el ex secretario socialista Bettino Craxi y el 21 contra el ex secretario administrativo de la DC Citaristi.

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[Pavel Hnilica, el obispo checoslovaco miembro de la curia vaticana que, en 1989, pagó 1.200 millones de liras (más de 80 millones de pesetas) por una bolsa de documentos pertenecientes al banquero Roberto Calvi, fue condenado ayer a dos años y medio de cárcel.]

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