La Milán-San Remo, primera cita de Induráin con sus grandes rivales

La plaza del Duomo, en Milán, congrega a primera hora de esta mañana a la flor y nata. Será la primera carrera en la que peleen cara a cara los mejores: Induráin, Bugno, Rominger y Chiappucci. Para el ciclismo italiano, la Milán-San Remo es un asunto nacional y, al lado de los grandes, confían en otros guerreros. Fondriest, Argentin y Cipollini se juegan su temporada y su historial. En esta lucha en terreno ajeno, los españoles entran con garantías. Induráin está dispuesto a ganar su primer monumento.

Más de siete horas invertirán los que lleguen a San Remo después de los 294 kilómetros de la primera clásica de la Copa del Mundo. Este año tendrá un atractivo especial. Aunque el Poggio, pequeño montículo de 162 metros, seguirá marcando el final, los sprinters también tendrán su oportunidad. Se ha alejado la línea de meta. Antes estaba situada a apenas dos kilómetros de la cima del Poggio y esta edición lo estará a 4,1Dos equipos españoles tienen marcada en su agenda la Primavera, como es conocida la Milán-San Remo. El Banesto, de Miguel Induráin, y el ONCE, de Laurent Jalabert. El primero jugará a la contra, a pesar de no poder contar con un gran rodador como el francés Armand de las Cuevas, con gripe

En la misma táctica coincidirá un equipo italiano: el Carrera. Sus mejores hombres, Claudio Chiappucci y Rolf Sorensen, no son hombres de sprint.

Echávarri cree que Induráin tiene opciones: "Sé que Miguel la tiene en la cabeza y que puede ganarla. El mayor rival serán los equipos con sprinters, que se lo toman muy en serio y permitirán pocas escapadas".

En el bando rival está el ONCE, un equipo que se ha tomado en serio la Primavera. Su baza se llama Laurent Jalabert. Su táctica: hacer dura la carrera para que los auténticos sprinters lleguen sin opciones. Manolo Sáiz, su director, lo ve así: "Jalabert puede ganar si se mentaliza".